La columna de Max: COVID-19, ¿Cambiando conciencia a legisladores?

2 max p2 1 1Por Max Torres

Eva Millona, de la coalición proinmigrante MIRA, me decía en una comunicación “puede ser difícil, puede llevar tiempo, pero ganamos”. ¿Se puede decir qué el COVID-19 está cambiando conciencias en el Senado estatal o en la Cámara de Representantes? En los últimos días o semanas, hemos visto cambios sustanciales en la legislatura estatal que, en cierta forma, sonaban a victorias de la comunidad. Lo de las licencias de conducir para los inmigrantes indocumentados parecía ya toda una realidad después de 15 años de terca lucha. Por fin, los trabajadores esenciales, los sin papeles iban a poder manejar sin sobresaltos, con todas las de la ley si los legisladores aprobaban la propuesta. Nada de eso pasó. Los beneficiados, unos 200,000 inmigrantes indocumentados que aportarían al estado, se quedaron con los crespos hechos. 

Por ahora no hay licencias de conducir para los inmigrantes indocumentados, pero se puede decir –en el mejor de los casos– que fue una victoria a medias porque se logró avanzar mucho más de lo esperado y muchos activistas ya cantaban “licencia de conducir para todos” como en otra propuesta de ley que sonó a triunfo en la legislatura. Como decía Eva Millona, “lo más emocionante fue cuando el Comité Conjunto de Seguridad Pública y Seguridad Nacional adelantó la Ley de Comunidades Seguras”, recomendando que “debería aprobarse”. Esta era otra propuesta que también tenía muchos años de frustración.

Ahora la legislatura, la Casa del estado tiene otra cara, más de pueblo con improvisadas carpas que se levantaron en las afueras, en el frontis, montando una especie de campamento en la que los inmigrantes latinos estuvieron en permanente vigilia, al acecho de los legisladores, a vista y paciencia de la policía que, en algunos casos, brillaba por su ausencia.

Boston y todo Massachusetts están viviendo tiempos críticos por el COVID-19, pero los más golpeados por la pandemia son los latinos y los afroamericanos que son, en su mayoría, trabajadores esenciales que sin trabajo no pueden pagar la renta y sin una licencia de conducir están más expuestos al coronavirus.

Los legisladores lo saben, lo entienden y lo que se busca con todas estas movilizaciones es asegurar que los dos proyectos de ley sean sometidos a votación y aprobados por amplia mayoría para que el gobernador no pueda observarlas. Los que la apoyan argumentan que deben ser aprobadas como una prioridad de salud pública y seguridad. Pero en el caso de las licencias de conducir para los indocumentados no pasó y ahora habrá que esperar hasta septiembre para seguir en la lucha.

Las organizaciones locales ven también como un triunfo que el Senado estatal haya aprobado el importante proyecto de ley de reforma policial y a nivel federal el rechazo a la nueva política del presidente Trump que podría haber obligado a cientos de miles de estudiantes internacionales a regresar a sus hogares si sus escuelas tuvieran clases solo en línea. Las universidades como MIT y Harvard protestaron y no pasó nada, Trump tuvo que recular en sus pretensiones. En lo de las licencias de conducir hay que darle mérito a COSECHA, una de las organizaciones proinmigrantes que le dio todo el impulso necesario y que, según dicen, “La ley sigue viva”.

¡Sigamos apoyando los triunfos de la comunidad!