Maximo Torres
Editor, El Mundo Boston
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Encuestas ubican a candidato chavista como ganador de la segunda vuelta en Perú, pero todavía hay mucho pan por rebanar.
Dejo el Perú en una encrucijada. Sumergido en un mar de dudas y a casi tres semanas de las elecciones presidenciales del 11 de abril aún hay quienes se preguntan ¿Cómo apareció? ¿Quién le dio vuelo? Su nombre ni siquiera aparecía en las encuestas. Ni por asomo. Ahora Pedro Castillo, un socialista radical que, según dice, quiere estatizar todo y hacer una nueva Constitución, estará disputando la presidencia del Perú con Keiko Fujimori, la lideresa de Fuerza Popular, quien tampoco figuraba en las encuestas como favorita. La ubicaban entre el 4to y 6to. lugar. Ambos llegan a la segunda vuelta electoral y el pueblo peruano deberá decidir entre comunismo o democracia. Así de simple.
Aunque ya hay encuestas como las de IPSOS o CPI en los que aparece el candidato chavista como ganador de la segunda vuelta que se celebrará el 6 de junio, las dudas asaltan a muchas personas o por lo menos es mucha la gente que ya no cree en las encuestas a la luz de los resultados de las elecciones generales.
Jhonny Lescano de Acción Popular apareció, según todas las encuestas, como virtual ganador de las elecciones, luego de bajar del primer lugar a George Forsyth, el ex alcalde de La Victoria y exfutbolista, quien figuró por meses en primer lugar de los sondeos de opinión. Otro de los candidatos que también se mostraba como favorito era el empresario López Aliaga, seguido del economista Hernando de Soto. Keiko estaba a la expectativa, pero Castillo no estaba ni en pelea de perros. La candidata también izquierdista, Verónica Mendoza, se ubicaba en mejor posición. Pero todo cambió de la noche a la mañana. ¿Qué pasó? ¿Por qué este sorpresivo cambio?
Hay quienes dicen que, como maestro de escuela rural, Castillo hizo bien su tarea guiado por el lápiz, el símbolo de su partido, y la pizarra para aleccionar a padres e hijos con su monserga de que «el patrón ya no comerá más de tu pobreza», «igualdad para todos», para lo que contó con cientos de maestros rurales que lo siguen. Su lista al Congreso tenía más del 50% de profesores. Es mucha la gente aún confundida, indecisos que no saben por quién votar. Antes de salir del Perú experimenté en la calle una corriente comunista, chavista. El ex presidente boliviano, Evo Morales, apareció en escena apoyando a Castillo, por lo que la lideresa de Fuerza Popular lo cuadró diciéndole “no se meta en mi país”.
La última encuesta de CPI coloca a Pedro Castillo liderando las preferencias con 35.5%, mientras que Keiko Fujimori alcanza el 23.1%.
Es mucho lo que se dice y se habla del candidato izquierdista y de su vinculación con el movimiento terrorista “Sendero Luminoso”. Sin duda alguna, hay un ambiente enrarecido en el Perú, siento que no es el país que dejé hace muchos años cuando se aniquiló a esa banda de criminales senderistas y el ex presidente Alberto Fujimori, actualmente preso, le devolvió la tranquilidad al país. Ahora el repunte de Castillo en las encuestas siembra temor en el empresariado peruano a tal punto que el dólar se disparó en los últimos días.
Es mucho lo que está en juego en Perú, el comunismo y su plan de gobierno estatista es como para correr y pese a que en los últimos días Castillo está mostrando otra cara, tratando de blanquearse diciendo que solo si el pueblo lo pide va a cambiar la Constitución, el empresariado no le cree.
Los dos candidatos están en plena campaña, Keiko Fujimori está buscando el voto en el interior del país que le permita ganar la segunda vuelta. El pueblo peruano tiene solo dos opciones: democracia o comunismo. No hay de otra. No podemos ni debemos llevar al Perú por ese sendero luminoso que le hizo tanto daño al país y que solo sembró terror y muerte.
Es hora de unirnos contra el comunismo en América Latina. Ecuador ya dio ese primer paso eligiendo un presidente democrático. Mi amor por vivir en un país con libertad no tiene precio y siempre voy a pensar que el comunismo, socialismo o como le quieran llamar no es bueno para nadie.
¡Votemos el 6 de junio pensando en el Perú!
