Prominente pastor de la Iglesia León de Judá en Boston
Fue muy conocido por sus programas sociales, por su oposición a los matrimonios de un mismo sexo y por la campaña que llevó de una reforma migratoria bajo el nombre “fui un extranjero”.
Roberto Miranda, uno de los pastores más queridos por la comunidad que salió con un doctorado en Harvard para entregarse de lleno a la fe creando una modesta congregación hispana con unos 60 feligreses para luego bajo su liderazgo fundar León de Judá que creció hasta convertirse en una de las Iglesias cristianas más respetadas en Boston y a la que asisten inmigrantes de más de 30 países. Cada semana la Iglesia atrae a unas 1,000 personas.
La congregación tiene programas sociales para los inmigrantes, de servicio para los pobres y ayuda a las personas a superarse bajo lo que decía el pastor Miranda “cualquier cosa que impida que las personas se conviertan en lo que Dios quiso que fueran”.
La triste noticia de su inesperada muerte se dio a conocer el domingo 22 de mayo durante los servicios de la Congregación León de Judá en Boston, que se transmitió en Línea y se regó por todos lados causando un hondo pensar a una comunidad que lo seguía en todos sus oficios religiosos.
“Muchos de ustedes que se unen a nosotros viendo y escuchando esto por primera vez, simplemente les informamos que nuestro pastor principal, amado por todos nosotros, Roberto Miranda, ha dejado de existir”, dijo Brandt Gillespie, quien dirigía el servicio en León de Judá. «Se ha ido. Él está en la presencia del Señor”.
«Está bien con mi alma»
El anuncio se produjo después de que la congregación de León de Judá, una iglesia bilingüe, cantara: «Está bien con mi alma», un himno popular con letra escrita por Horatio Spafford en la década de 1870, después de que sus hijos murieran en un naufragio. La historia de la escritura de la canción se había contado durante un sermón en la iglesia la semana anterior.
Gillespie dirigió a la congregación a cantar un estribillo del himno y les dijo que estaba bien llorar a su amado pastor.
“Va a tomar un largo viaje para hacer frente a esto”, dijo Gillespie.
Miranda, quien nació en 1955 en República Dominicana, era muy querido y respetado por la comunidad. Muy joven se graduó de Harvard con los deseos de convertirse en profesor de lenguas romances, pero renunció a sus sueños de enseñar por el pastorado.
A lo largo de su vida como pastor nunca rehuyó abordar temas candentes desde el púlpito, incluido su apoyo a las políticas a favor de la inmigración y su oposición al matrimonio entre personas del mismo sexo.
“La gente sentía que tenía una especie de complejo suicida, abordar estos temas desde el púlpito era algo peligroso, incendiario y provocador… Pero sentí en mi corazón que necesitaba que la gente supiera cómo hacerlo, pensé y cómo me sentí acerca de ciertos temas”.
Emigró cuando niño
Miranda emigró a los Estados Unidos cuando era niño para unirse a su padre. Dotado académicamente, se graduó de la Academia Phillips, una destacada escuela preparatoria cuyos ex-alumnos incluyen a los presidentes George H.W. Bush y George W. Bush, y luego asistió a Princeton y Harvard.
Miranda también era conocido por creer que gran parte de su trabajo involucraba la guerra espiritual.
En los años 95 en una entrevista con El Mundo Boston, Miranda habló de cómo Dios lo usaba para sanar y de sus luchas contra el demonio.
“He liberado a personas de poderes demoníacos justo donde estás sentado”, le dijo años después en el 2019, a un reportero de RNS que estaba sentado en un sofá de su oficina. “Me he involucrado en exorcismos a lo largo de los años”.
Incluso después de tres décadas de ministerio, Miranda todavía esperaba con ansias el futuro. Ahora Miranda está en otra dimensión, al lado del Señor.