El regreso de Neymar, baja tras el debut victorioso ante Serbia (2-0), fue una bomba de oxígeno para el ataque de Brasil, que se despidió de la primera fase con apenas tres goles, su peor desempeño para una fase de grupos desde Argentina-1978, cuando marcó dos.
La diferencia del ‘Ney’ de hace once días con el que entró al 974 fue apenas su cabello tinturado de dorado, el color de la Copa. Porque desde muy temprano desubicó a voluntad a la zaga coreana.
Los pentacampeones han lanzado un mensaje de advertencia al mundo: el ‘jogo bonito’ regresó.
Richarlison, que ante los serbios marcó de chilena, protegió el balón de Hwang In-beom con tres golpecitos de cabeza consecutivos, luego lo sostuvo con su frente antes de pasarlo a Marquinhos.
El central la compartió con Thiago Silva, quien asistió con finura al ‘Pombo’ y éste definió de zurda para el 3-0.
Pase de la muerte, penal y ‘jogo bonito’.