Por Max Torres
Llegamos a decirle adiós al 2023 para ingresar a un nuevo año 2024 con una mayor luz de esperanza, de amor a Dios, de reconciliación, de paz. El pastor Moises Domínguez en sus diarias “capsulas de vida” que me envía por WhatsApp me decía “es ahora el tiempo de buscar a Dios, tiempo de confiar en su palabra y de vivirla”.
Vivamos el 2024 con más amor a Dios y dejemos de lado todas las desesperanzas del 2023, un año marcado por el miserable ataque sorpresa de la organización terrorista Hamás contra territorio de Israel matando a más de 1400 personas en sus casas, en un festival de música y en las calles.
Este despiadado ataque desencadenó la guerra contra el grupo armado palestino que controla la Franja de Gaza con imprevisibles consecuencias. Ya han muerto más de 8,000 personas, según fuentes oficiales. Y eso es lo triste. Ese ataque terrorista conmocionó al mundo y desencadenó la represalia de Israel como se esperaba. Porque a los grupos terroristas hay que aplastarlos como lo hizo el presidente Bukele en El Salvador que ahora el pueblo respira paz, tranquilidad.
Vivamos el 2024 con esa luz de esperanza de que vendrán tiempos mejores como en Argentina con la elección de un presidente libertario como Javier Milei que quiere sacar a su país de la miseria tras sucesivos gobiernos de izquierda que dejaron en la ruina a una de las naciones más poderosas de América Latina. Ahora vienen tiempos nuevos para los argentinos. “No va a ser fácil”, como dice Milei. El pueblo confía en su nuevo gobierno que va a actuar con mano firme contra la violencia que quieran desatar los izquierdosos.
Venezuela con Maduro es otro punto de quiebre, los venezolanos apuestan por un año 2024 de cambios. Hay más de seis millones de venezolanos que salieron huyendo de su país en los últimos nueve años convirtiéndose en el segundo desplazamiento poblacional más grande del mundo, según cifras del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados. Pero eso a Maduro no le importa y sigue desangrando a su país.
Muchos de esos desplazados están en diferentes países de América Latina como Ecuador, Colombia, Perú, Brasil, Bolivia, Chile y en los distintos estados de la Unión Americana.
El año 2023 ha sido bueno para la inmigración si lo vemos desde diferentes perspectivas. En Boston y en otras ciudades de Massachusetts cada día somos más los latinos con la nueva ola de inmigrantes que ha copado los distintos refugios de emergencia en el estado.
Aún las autoridades no estiman cuántos inmigrantes latinos y de otros continentes han llegado a vivir a Massachusetts en los últimos años, lo que se sabe con certeza es que los refugios de emergencia ya han llenado a su total capacidad con unas 7,500 familias, es decir unas 25,000 personas. “Ya no hay cama para tanta gente” como dice la canción, pero los inmigrantes de diferentes países, muchos de ellos venezolanos, siguen llegando, por lo que son muchas las familias elegibles que han sido puestas en una lista de espera.
La gobernadora Maura Healey está haciendo todo lo posible para ayudar a las familias que llegan con recursos para suplir sus necesidades básicas y ha dicho que no quiere ver a las familias en la calle en estos tiempos de fiesta y de invierno. Lo triste es que los refugios han alcanzado su capacidad de alojamiento.
Lo malo es que estados liderados por republicanos, incluidos Texas y Florida, han transportado inmigrantes en autobús o en avión a estados y ciudades liderados por demócratas como Massachusetts, Nueva York, California y Chicago. Lo bueno es que somos solidarios y como dice el pastor Moises Domínguez “es ahora el tiempo de buscar a Dios”.
Feliz Año Nuevo. Oremos porque el 2024 que es un año par sea mejor para todos, aunque hay quienes dicen que los años impares son los mejores. Apostemos por el 2024.
¡Sigamos cuidándonos! Sin salud mental, no hay salud.