
Por Máximo Torres
Hace unos días tuve la dicha de reencontrarme con dos de los más resonantes lideres dominicanos, el alcalde de Lawrence, Brian DePeña, y el Dominicanísimo del mundo, Santiago Matias, uno de los más grandes profesionales de la comunicación radial en Lawrence a quien admiro y aprecio.
Con Brian DePeña, uno de los empresarios más respetados por toda la comunidad, tengo una amistad de muchos años y puedo decir que lo vi nacer y crecer en la política local hasta convertirse en uno de los alcaldes latinos más populares de Massachusetts. Es el alcalde de la ciudad de los inmigrantes que, según me dice, sigue creciendo.
Lawrence es una ciudad con una gran población dominicana que va abriendo puertas a la diversidad. Ahora ya hay restaurantes peruanos, colombianos, mexicanos y de otras nacionalidades, pero la mayoría sigue siendo de propiedad de dominicanos que tienen décadas entregados a buscar su desarrollo.
Con el alcalde DePeña estuvimos recorriendo a pie parte de la ciudad con una delegación de visitantes del Tribunal Constitucional de la República Dominicana para aterrizar en Blue Lounge & Grill, uno de los restaurantes más emblemáticos de Lawrence y allí en medio de la selección de platos preferidos salió el «Concón» que en Puerto Rico le llaman «Pegao» y en Perú «Concolón». Para los dominicanos y creo que para muchos mortales el «Concón» con frijoles o habichuelas es una delicia. Lo comí después de muchos años y después vino la carne encebollada con tostones y ensalada rusa, amen de una suculenta invitación de nuestro alcalde.
Todo esto como un adelanto de «Buen provecho Lawrence», un nuevo programa de premiaciones que ha unido a la Alcaldía de Lawrence y a El Mundo Boston «en un matrimonio para apoyar y promover a los restaurantes en toda la ciudad».
Lawrence está en los ojos del mundo y eventos internacionales como los Premios Dominicanísimo en los que se puso en alto el orgullo dominicano le dieron mayor realce a la ciudad. Santiago Matias y su esposa Milagros, los principales gestores de este gran evento, se llevaron todas las palmas de la comunidad.
En las últimas semanas he estado por una u otra razón muy cerca de la comunidad dominicana en Boston desde que resulté elegido por la Casa de la Cultura como «Amigo Internacional» del Desfile y Festival Dominicano 2024, banda que la llevé con mucho orgullo al lado de la alcaldesa Michelle Wu y de otros grandes líderes dominicanos.
Con Luis Matos, coordinador general del Festival y director de la Casa de la Cultura Dominicana en Boston, con quien tengo también una amistad de muchos años, al igual que con Yoleny Ynoa, uno de los activistas más reconocidos por la comunidad, tuve la dicha de participar en varias de sus actividades, incluyendo el Desfile por la Centre Street en Jamaica Plain hasta llegar al Franklin Park para la celebración de uno de sus más grandes festivales.
Se estima que más de 20,000 personas llegaron hasta el parque para celebrar en familia hasta el cierre con los Hermanos Bomba Rosario, uno de los grupos musicales históricos de la República Dominicana. El Festival transcurrió sin incidentes de una comunidad que aprendí a querer y apoyar en los más de 30 años que llevo ejerciendo el periodismo en El Mundo Boston.
Los dominicanos al igual que los puertorriqueños y cubanos le abrieron las puertas a las demás comunidades en los años 90 y 2,000. Ahora somos una de las comunidades más diversas que se ve reflejado no sólo en Lawrence sino en Boston, Chelsea, Lynn, Salem, Framingham, Milford, Worcester y hasta Springfield. La comunidad dominicana sigue siendo una de las más representativas y, según decía Alexandra Valdez, directora de asuntos culturales de la Ciudad, «somos más de 38,000 dominicanos solo en Boston».
¡Sigamos cuidándonos! Sin salud mental, no hay salud.
Maximo Torres
Editor, El Mundo Boston
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