Por Max Torres
- Papa León XIV inicia su pontificado en la Plaza de San Pedro y Virgen de la Nube sale en procesión en hombros de una comunidad inmigrante en Milford, al oeste de Boston.
Impactados por la fe y por el amor a Dios, desde muy temprano seguí en familia paso a paso la ceremonia de entronización del nuevo Papa León XIV en la Plaza de San Pedro, epicentro de la cristiandad en el mundo, para luego asistir a la procesión de la Virgen de la Nube en Milford, al oeste de Boston, en medio de una comunidad ecuatoriana que salió a orar recibiendo la bendición del padre Peter Joyce, párroco de la Iglesia Santa María de la Asunción. Con cánticos y plegarias salieron de la Iglesia para llevar en hombros a la Virgen de las Nubes, considerada la Madre del Ecuatoriano Ausente. Fue un domingo 18 lleno de fe, pero también de infortunio por la temprana muerte de mi querida sobrina Rocío, quien perdió la batalla contra la diabetes y dejó a la familia sumida en la tristeza, a Jesús, su tía querida. El dolor nos afligió, pero respondimos a la invitación de nuestros hermanos ecuatorianos para acompañarlos en su tradicional fiesta de la Virgen de la Nube que lleva ya más de un siglo de celebración en el país andino.
A la entrada de la Iglesia Saint Mary of the Assumption estaba el padre Peter emocionado por compartir con la comunidad ecuatoriana y deseoso de expresar toda su alegría por el Papa León XIV. “Es más peruano que norteamericano”, me dijo esbozando una gran sonrisa. Y sabes ¿qué es lo que más le gusta de la comida peruana? «el cuy”, uno de los más tradicionales potajes de la sierra norte del Perú. El padre Peter, muy querido por todas las comunidades inmigrantes, estaba feliz por el nombramiento del Papa peruano que precisamente ese día 18 iniciaba su Pontificado con una misa en la Plaza de San Pedro en la que pidió como “nuestro primer gran deseo” una Iglesia unida contra el odio del mundo moderno, abogando al mismo tiempo por la paz.
“Hermanos y hermanas, quisiera que este fuera nuestro primer gran deseo: una Iglesia unida, signo de unidad y comunión, que se convierta en fermento para un mundo reconciliado”.
La ceremonia de entronización del Papa León XIV, el comienzo oficial de su pontificado, fue seguida por todo el mundo marcando el inicio de una Iglesia comprometida con los llamados a la paz y a la justicia social como sus principales prioridades.
Gracias Dios, por tanto amor.
¡Sigamos cuidándonos! Sin salud mental, no hay salud.
Maximo Torres
Editor, El Mundo Boston
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