A los 43 años con síndrome de down hizo de su vida la danza

La danza lo llevó a la fama. Su nombre es Eduardo Malagón, vive en Mattapan y sus padres son puertorriqueño-dominicano. Nació con síndrome de Down y a los 43 años de edad, Gerardina Arias, directora del programa de danzas de la Fundación Dominicana del Arte y la Cultura (FUNDOARCU), lo incorporó en sus clases de «zumba fitness» convirtiéndose a los pocos meses en una estrella del baile participando con éxito en diferentes eventos públicos y privados.

«Eduardo llegó a mis clases en el 2013, al principio era muy tímido, pero con las clases de zumba comenzó a cambiar, el baile lo hacía sentirse feliz», recuerda Gerardina Arias, la profesora que le cambió la vida no solo a Eduardo sino a muchos niños y grandes que formaron parte del programa «GG Danza Arte y Cultura» (GG DANZARCU} que creó en FUNDOARCU.

Eduardo participó en muchos eventos para la ciudad de Boston demostrando que «no le importaba su condición para hacer lo que le apasionaba que era el baile», dice Gerardina. Actualmente está delicado de salud y su vida corre peligro. Su mamá Luz Malagón está abatida, desesperada porque «ha sido desahuciado por los doctores».

Todos muy tristes

«Es muy triste lo que está pasando, yo también me siento acongojada», dice Gerardina, quien recuerda con mucho cariño los años que Eduardo bailó con el grupo de danzas.

«Yo abrí una página con el propósito de recaudar fondos para ayudar a los niños de síndrome de Down y es así como integré a Eduardo en el programa y lo tuve por mucho tiempo bailando con nosotros. En diciembre pasado fue llevado al Hospital, entró caminando y cuando salió estaba muy mal y casi no comía».

«Eduardo tenía un gran sentido del humor y a pesar de su condición especial siempre estaba muy positivo y con muchos deseos de vivir. Ahora no se sabe lo que pueda pasar», anota Gerardina.

El baile era su vida

Gerardina recuerda sus inicios en el baile, tenía 43 años cuando Eduardo llegó a su clase de Zumba, «casi de inmediato lo pasé al programa de danza porque ví su potencial, tenía otros niños con la misma condición, pero Eduardo evolucionaba rápido y lo puse a bailar con adultos regulares y fue una sensación».

«Por lo del COVID todo está parado, el programa se suspendió por el riesgo a contagiarse, tenemos la esperanza de volver a reunirnos, aunque muchos de nuestros bailarines como Eduardo han sufrido de depresión, han subido de peso y han sido afectados de una forma negativa», señala Gerardina que tuvo en su programa de danza más de 300 integrantes, entre ellos niños de diferentes condiciones especiales.

Gerardina, originaria de República Dominicana, nació con el baile. Desde muy pequeña participó en diferentes grupos de baile y a los 15 años formó parte de un grupo de teatro para luego trabajar en la televisión. Cuando llegó a Boston en el 2012 se integró a FUNDOARCU creando el programa de danza y cultura.

«Desarrollé este programa con otro de salud y nutrición que tuvo un tremendo alcance con el apoyo de Paola García de Tufts Health Plan, tenía clases de zumba de ejercicio cardiovascular, venía 100 personas cada noche» recuerda Gerardina, quien ha brindado también valiosa ayuda a su lugar de origen, Barahona, donde se ha inaugurado con su nombre una escuela de danza y percusión. «Siempre los apoyé con trajes folklóricos», dice.

Ahora Gerardina Arias vive entre Boston y Miami.