«Abuelita de Waltham» celebró en grande sus 102 años

“Es una inspiración de vida no solo para nosotros como familia sino para toda la comunidad”, dice su nieto, Elvis Jocol Lara, feliz de estar celebrando con su abuelita su cumpleaños.

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Su vida es pura alegría y bondad, no le gusta amargarse y bromea hasta con su edad. La Hora del Café de El Mundo Boston estuvo en la celebración y cuando nuestra reportera Natalia Aponte le preguntó cuántos años está cumpliendo, Doña Rosenda del Rosario respondió entre risas «creo que 35».

Rodeada de su familia que le organizó una fiesta en grande en su casa de Waltham, Doña Rosenda disfruta con sus nietos y comparte con alegría con todos los asistentes. Su origen es guatemalteco y emigró hace más de 3 décadas de su país.

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«Me siento bien, no tengo mayor problema de salud, llevo una vida normal con una buena y saludable alimentación, me gusta comer de todo, pero me se cuidar y de verdad me siento como una mujer de 50 años», dice.

Conocida en la comunidad como la «Abuelita de Waltham», Doña Rosenda comparte con todos los que llegaron a saludarla. «Es muy querida por todos los vecinos», anota su hija. 

Cuando le preguntan cuál es el secreto para cumplir 102 años, la «Abuelita de Waltham» responde a nuestras reporteras «es vivir feliz, sin amarguras ni resentimientos y con la gracia de Dios. Hay que reírle a la vida».

Sin perder su buen humor y su característica sonrisa, Doña Rosenda celebró un año más de vida y «vendrán muchos más», anota.

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«Mi abuelita es una inspiración de vida no solo para nosotros como familia sino para toda la comunidad, es una mujer luchadora y estamos agradecidos por todo lo que ha hecho por la familia», expresa su nieto, Elvis Jocol Lara, feliz de estar celebrando sus 102 años.

Doña Rosenda se la pasó bromeando y entre risas toda la noche. «Yo no se si tenga la misma fortaleza, pero es una gran felicidad y bendición tenerla celebrando más de un siglo de vida», señala Jocol.

La «Abuelita de Waltham» es lo mejor la de mayor edad en la comunidad, le gusta compartir con sus vecinos y, según dice, son muchas sus experiencias de vida. «Quiero darle gracias a Dios por haberme dado una larga y feliz vida».

«La quiero mucho», concluye su nieto Elvis Jocol, nuestro compañero de labores en El Mundo Boston.