Condenable. El propietario de una cadena de pizzerías en Boston fue arrestado después de que supuestamente agredió a sus empleados, los amenazó con la deportación y los obligó a trabajar horas extras sin pago alguno.
Stavros «Steve» Papantoniadis, de 47 años, de Westwood, es el propietario de Stash’s Pizza, quien está siendo acusado por cargos de trabajos forzados.
Papantoniadis compareció ante el tribunal y el juez ordenó su detención hasta una nueva audiencia en la corte.
Stash’s Pizza tiene ubicaciones en Dorchester y Roslindale, y anteriormente en Norwood, Norwell, Randolph, Weymouth y Wareham.
Los fiscales alegan que Papantoniadis abusó físicamente y amenazó a los empleados durante aproximadamente 14 años, tomando ventaja de su estatus migratorio. Los empleaba pagándoles salarios mínimos y les exigía trabajar seis o siete días a la semana, a veces durante más de ocho horas al día y a menudo sin descansos ni compensación de horas extras.
El dueño de la cadena de pizzerías también está siendo acusado por supuestamente retener los salarios de sus trabajadores en algunos casos.
Las historias se repiten
“El tráfico laboral es real y ocurre todos los días en Massachusetts y más allá”, dijo la fiscal federal Rachael Rollins al citar el caso del dueño de la pizzería en Boston acusado de trabajo forzado, subrayando que está «trabajando arduamente para exponer este crimen inquietante y responsabilizar a aquellos que abusan y trafican con personas”.
Rollins calificó las acusaciones contra el dueño de la cadena de pizzerías como «horrorosas», señalando que el problema del trabajo forzoso está muy extendido.
Los activistas locales también enfatizan que es probable que haya muchos más trabajadores «explotados en nuestra región que no están identificados».
Muchas personas se preguntan ¿Por qué no denuncian la trata de personas en los restaurantes?
La respuesta de los trabajadores es la misma, «si pierdo el trabajo cómo voy a vivir. ¿Quién va a pagar el alquiler de mi apartamento?».
Los traficantes de mano de obra lo saben y se aprovechan de su condición migratoria, según activistas.
Es el primer caso denunciado
Este es el primer caso de trabajo forzoso presentado por la oficina de la fiscal federal Rachael Rollins desde que asumió el cargo el año pasado. Desde entonces, ha creado una unidad de trata de personas enfocada en violaciones sexuales y laborales.
Los inmigrantes supuestamente abusados y explotados en los restaurantes locales durante años no estaban escondidos en un taller clandestino. La gente ha visto el sufrimiento de los trabajadores y durante años no hizo ninguna diferencia.
Audrey Richardson, abogada gerente de la organización sin fines de lucro Greater Boston Legal Services, dijo que la organización está “familiarizada con el caso”. Frecuentemente ve situaciones similares de trabajadores explotados demasiado asustados para buscar ayuda.
«Muchos trabajadores indocumentados sienten que no pueden presentarse debido a las amenazas de deportación y pérdida de sus medios de vida», anotó.
