Lo que comenzó como una visita a La Guajira, acabó siendo uno de los proyectos más importantes y extensos de VENtanas, una institución que auxilia a la comunidad de refugiados venezolanos que cruzan la frontera en busca de una mejor vida. Sin embargo, llegan a un lugar donde la carencia ya es el día a día.
«Mi primer encuentro en las calles de Riohacha fue con un niño venezolano de 11 años que cantaba vallenatos hasta altas horas de la noche. A Diomedes Diaz lo encontré cabizbajo, caminando por un callejón desolado, con hambre, y nos hicimos amigos de todos los días. Esa es la realidad de muchos niños venezolanos que viven en campamentos de refugiados con grandes carencias y poca esperanza», dice Ursula Alarcón, cofundadora de VENtanas que comenzó sus visitas diarias a esas comunidades para evaluar sus prioridades.
«Las más importante, entre todas, es la inmensa escasez de agua y la deserción escolar de los niños. Es una comunidad en particular, quizás la más grande, que alberga más de 3,000 niños, y en la que VENtanas decidió hacer su proyecto porque recibía agua 1 vez cada 2 o 3 semanas», anota Ursula.
«En esta comunidad encontré mucha gente hermosa, colaboradora e involucrada en la comunidad. Se habían organizado de la mejor manera que podían y les admiré su sentido comunitario. Sólo les faltaba los recursos y un rayo de luz que les hicieran sentir que son tan valiosos e importantes como cualquier otro ser humano».
VENtanas desde su primera visita estableció la distribución de agua semanalmente a esta comunidad. «Este recurso vital de cada ser humano no es un privilegio, es un derecho». Paralelamente, se estableció un programa deportivo para mantener a los niños y adolescentes alejados de la vida de la calle. Se inauguró su propia cancha de fútbol, se construyeron las arquerías, se confeccionaron uniformes, y nuevos balones. Haberles dado el deporte como una rutina diaria les ha dado a estos jóvenes, hembras y varones, un propósito en la vida, ya que muchísimos de ellos no pueden asistir a la escuela debido a su estado migratorio, refiere Ursula.
Este programa ha transformado la vida de estos niños. Su coach, un profesor venezolano de fútbol, trabaja de la mano con VENtanas para enseñarles a estos niños con vidas tan vulnerables, el valor de la disciplina, del compromiso a asistir diariamente a las prácticas, de la importancia de hacer labor social y la resiliencia a los obstáculos en su temprana vida. Como incentivo, se les ofrece un sustancioso plato alimenticio. Estas simples acciones han cambiado la vida de una comunidad entera, les ha calmado la sed, les ha iluminado con esperanzas y deseos de crecer.
«Si cada persona ayuda y ofrece un acto de amor a otro ser humano con necesidad, el mundo sería otro. Acompáñanos y ayúdanos a recaudar fondos para continuar ayudando a tantos niños necesitados. Asiste a este maravilloso evento el 8 de diciembre a las 6 de la tarde en el Restaurante PEKA, 304 Washington Street Brighton. Boletos a la venta en Eventbrite, incluye cena, una subasta con artículos muy atractivos, música en vivo y gente preciosa como ustedes», invoca Ursula.
Si no puedes asistir, su donación también será de gran ayuda para esta causa.
