Ayudar con alimentos en Chelsea ha vuelto a ser un gran desafío

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Terminan abruptamente programa federal que se lanzó durante la pandemia del COVID-19.

La Colaborativa de Chelsea se encuentra entre varias organizaciones sin fines de lucro que han estado recibiendo cajas de alimentos a través de un programa federal que se lanzó durante la pandemia del coronavirus, pero que terminó abruptamente la semana pasada sin previo aviso.

Desde hace varios días, la despensa de alimentos de la Colaborativa ha estado cerrada y su directora Gladys Vega está cada vez más desesperada por seguir ayudando a miles de familias.

Gladys Vega, una de las activistas más reconocidas de Chelsea, está ahora comprando alimentos en los supermercados con el poco dinero que le queda de donaciones, sabiendo que lo que hay en los estantes de la despensa no durará demasiado.

«Espero que regresen los fondos federales y que la comida llegue finalmente a Chelsea, pero eso podría llevar varias semanas, este mes va a ser difícil», dice.

Según la activista, la comunidad se ha descuidado un poco con los protocolos de salud. «Hemos bajado la guardia y por ende los números en Chelsea de Covid-19 siguen creciendo».

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Chelsea sigue clamando por ayuda

Gladys Vega cuenta también el drama que sigue viviendo gran parte de la comunidad por culpa de la pandemia del coronavirus. “De los 70,000 residentes, unos 20,000 no tienen ingresos y el COVID los sigue golpeando porque viven hacinados en pequeños apartamentos”, dice.

“La pandemia todavía existe y nos está costando salir, la gente no tiene dinero para comprar comida”, apunta la directora de la Colaborativa, una de las organizaciones que convirtió sus oficinas en una gran despensa de alimentos para ayudar a las familias necesitadas. 

“Ahora mismo estoy en las ‘marketas’ comprando comida a bajo costo con el poco dinero que tenemos, el Congreso ya aprobó dar millones de dólares en asistencia alimentaria, pero esto no es de un día para otro, hasta que se haga disponible la gente sigue sufriendo por no tener un pan que llevarse a la boca”, subraya. 

La reconocida activista remarca que cada dinero que ha recibido de donaciones “se lo he dado a mi comunidad, hemos entregado a las familias unos 500,000 dólares, pero con una deuda de 10,000 dólares de renta atrasada, prácticamente es nada”.

Desde el inicio de la pandemia, Gladys Vega se convirtió en una de las más grandes líderes para ayudar no solo a Chelsea sino a comunidades aledañas con bolsas de alimentos. “Somos una comunidad que trabaja de sol a sol, pero ahora estamos pagando las consecuencias de vivir cerca de Boston porque la renta ahora es exorbitante. El alquiler de un apartamento de un cuarto en uno de los nuevos edificios está por arriba de los 3,000 dólares, por lo que ya no hay apartamentos baratos y nuestra gente tiene que vivir 10 y hasta 12 personas en un cuarto para tener un techo”, dice. 

“De los70,000 residentes que hay en Chelsea, unos 20,000 están desempleados y no reciben ninguna ayuda del gobierno por estar indocumentados. Esa es la gente que necesita nuestra ayuda”, apunta Vega.