La alcaldesa Michelle Wu se mantiene firme en sus esfuerzos para imponer un control sobre los alquileres en la ciudad de Boston. A pesar de un creciente número de organizaciones que se oponen y con la amenaza de demandas legales, Wu afirmó que la ciudad «no puede aplazar el impulso» para abordar la asequibilidad de la vivienda».
El plan de «estabilización de alquileres» de Wu limitaría los aumentos de alquiler año tras año al 6% más los aumentos de la inflación, con un máximo del 10 %, con ciertas excepciones.
La alcaldesa Wu señaló que los costos de vivienda en Boston se encuentran entre los más altos de la nación y que la mayoría de los residentes son inquilinos. Según Wu, su propuesta “está destinada a ponerle un freno a la escalada de precios inescrupulosos por parte de los dueños de propiedades de alquiler».
Sus oponentes señalan que la propuesta de la alcaldesa reduciría el incentivo de construir y desarrollar más viviendas, y causaría más escasez y por ende llevaría los precios del alquiler a niveles mucho más altos.
