Controversia en El Salvador por la muerte de un hombre con signos de tortura

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Foto: ElSalvador.com

Funcionarios judiciales y fiscales de El Salvador exhumaron el martes el cadáver de un hombre que supuestamente murió por coronavirus, pero que familiares denuncian que fue por una tortura.

De acuerdo con el medio ElSalvador.com, los restos de Luis Iván Mejía Bonilla fueron sepultados el pasado 6 de mayo en un cementerio del departamento de La Paz, luego de que oficiales les pidieran que lo enterraran rápido porque había fallecido por el COVID-19.

Sin embargo, algunos parientes no creyeron la versión, y decidieron abrir el ataúd. Al destaparlo encontraron el cadáver esposado y con signos de tortura.

Relataron que todo el rostro de Iván estaba ensangrentado y envuelto en una sábana blanca. El cadáver tenía los dientes saltados, como si se los hubiesen querido arrancar y no le habían quitado ni las esposas (grilletes). Aunque no quisieron seguir revisando el cuerpo, le tomaron fotos del rostro y de las manos esposadas. Luego lo sepultaron.

De acuerdo con testimonios de familiares, este murió mientras estaba bajo el resguardo de la Policía Nacional Civil (PNC), en las bartolinas de la ciudad de Zacatecoluca.

Luis Iván fue capturado el pasado 28 de abril junto con nueve personas más quienes están en prisión preventiva por el delito de homicidio y agrupaciones terroristas. Se le acusaba de participar en el homicidio de un soldado, hecho ocurrido el 26 de abril del 2019 en el cantón El Llano del mismo municipio de Santiago Nonualco.

La Procuraduría de Derechos Humanos abrió un expediente por la muerte de Iván. Como parte de la investigación, el jefe departamental de la PDDH, dijo que el 7 de mayo se solicitó un informe al jefe de la delegación policial en La Paz con más detalles del caso. A su vez se requirió informe al director del hospital nacional de Zacatecoluca, sobre la atención médica que recibió Mejía Bonilla.

Fuente: ElSalvador.com