Por Max Torres
“Si vuelvo a nacer, vuelvo a ser dominicano”, decía el gran Johnny Ventura en su canción que dio la vuelta al mundo mostrándose orgulloso de su cultura, de sus raíces, de su gente y en los Premios Dominicanísimo que se celebró en Doubletree By Hilton Hotel en Danvers ese orgullo de ser dominicano trascendió todas las fronteras en un auditorio que se llenó de aplausos cuando la vicegobernadora, Kim Driscoll, subió al estrado para recibir el premio Dominicanísimo de manos de sus gestores, Santiago y Milagros Matías, dos de los comunicadores dominicanos con una larga trayectoria en los medios de comunicación.
La vicegobernadora Driscoll habló ante una gran audiencia y muchos recordaron que como alcaldesa de Salem vivió y vibró con una pujante y laboriosa comunidad dominicana. “Kim es dominicana”, me decía Yoleny Ynoa, uno de los activistas que vive en la Ciudad de las Brujas y es muy querido por la comunidad. Fue una noche espectacular, llena de premios, de aplausos, de vítores y de buena música.
El salón principal del Hilton Hotel estuvo lleno de bote a bote por profesionales de las diversas ramas y empresarios que han logrado abrirse paso en este país de las oportunidades.
El alcalde Dominicanísimo 2022, Brian DePeña, estuvo en primera fila aplaudiendo a los premiados. De verdad como alcalde de la ciudad de Lawrence es un orgullo dominicano, es un Dominicanísimo que quiere trascender fronteras. Cuando subió al estrado para entregar el reconocimiento al Representante estatal, Frank Morán, no dudó en llamarlo “jefe de jefes” por su trabajo en favor de todas las comunidades. “Me siento orgulloso de declarar y darle las llaves de la ciudad a alguien que nos llena de mucho orgullo y de muchos sentimientos encontrados”, dijo.
Son muchos los dominicanos que han hecho patria fuera de sus terruños, dominicanos que emigraron a diferentes edades y que ahora prestigian a su país en la “ciudad de los inmigrantes” como la suele llamar el alcalde Brian DePeña, quien se ha ganado a pulso a toda la comunidad lawrenciana por todas las obras que está cristalizando para hacer de Lawrence la ciudad del futuro, más limpia, más ordenada, con nuevas construcciones y sin violencia.
A lo largo de la noche me sentí orgulloso de ver a tantos dominicanos alzar el Premio Dominicanísimo como Rafael Guzmán, a quien muchos llaman “Danielito” por su amor a su comunidad. Como ingeniero se levantó desde abajo para crear en Lawrence una de las empresas de construcción más exitosas, abriéndose paso también en los bienes raíces. Danielito recibió el Premio “Orgullo Dominicanísimo”. Igualmente, como empresario exitoso y ejemplo a seguir recibió el premio Manuel Batista, dueño de Union Super Market. La lista es larga, pero otra de las jóvenes dominicanas que arrancó el aplauso de todos los asistentes fue Celia Morales, quien contó su historia de inmigrante de color hasta llegar a ser directora de Esperanza Academy.
Pero con lo que más me identifiqué y sentí lo que decía Johnny Ventura “si hay reencarnación mi alma es dominicana” fue cuando vi desfilar a mujeres dominicanas emprendedoras no solo de Lawrence sino de Boston y de todo Massachusetts. Milagros Marte, Karina Abreu, Raquel Quezada, Yudith Álvarez, Jenny García, Vilma Martínez, Genny Sánchez y paro de contar. Sentí de corazón mi amor por las mujeres dominicanas que han sabido salir adelante y merecen todo nuestro reconocimiento.
Fue una noche llena de grandes dominicanos y dominicanas que se llevaron los Premios Dominicanísimo, fue una noche espectacular y como decía una de las presentadoras utilizando una frase muy dominicana: “Santiago y Milagros, se la comieron”. En nuestra próxima edición fotos y detalles de este prestigioso evento.
¡Sigamos cuidándonos! Sin salud mental, no hay salud.
Maximo Torres
Editor, El Mundo Boston
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