El Mundo Boston: Toda una historia con la comunidad

Sus fundadores lo cuentan todo tras celebrar casi medio siglo de estar con todas las comunidades inmigrantes.

Hace 48 años, Alberto Vasallo Jr. de origen cubano y Flor Vasallo, ecuatoriana, se embarcaron en una aventura periodística, sin más recursos que sus deseos de abrir camino a los latinos en un estado como Massachusetts en el que por esa época casi no se hablaba español. “Iniciamos el periódico con la pasión de ayudar a nuestra comunidad, pero los primeros años fueron muy difíciles, porque teníamos que hacer de todo”, dicen.

En una pequeña oficina que rentaron en Cambridge nació el primer número, en blanco y negro, de El Mundo Boston un 26 de noviembre de 1972. “Ese día nos llenamos de alegría cuando tuvimos, entre nuestras manos, la primera edición impresa que, según refieren, marcó la historia del primer periódico en español de Massachusetts. Después aparecieron otros periódicos, pero no había cama para tanta gente y fueron desapareciendo uno a uno”.

En sus 48 años de vida, El Mundo Boston ha logrado afianzarse y penetrar cada vez más en una comunidad tan diversa como la latinoamericana. En sus inicios la comunidad caribeña se imponía en Boston. Puertorriqueños, cubanos y dominicanos representaban una mayoría de los latinos, pero esos números cambiaron años después. En los 80, 90 y 2000, la comunidad latina creció vertiginosamente al punto que les dieron otro rostro a dos distritos de Boston, Jamaica Plain, nuestra casa por muchos años, y East Boston donde están actualmente nuestras oficinas.  Centroamericanos, salvadoreños y guatemaltecos en su mayoría, y sudamericanos partiendo de colombianos, peruanos, chilenos, ecuatorianos, bolivianos, argentinos, entre otros países, y brasileños que representan una comunidad bastante numerosa. 

Comunidad en crecimiento

Vasallo Jr. cuenta que la necesidad que existía de comunicación en la comunidad lo llevó a crear El Mundo, pero admite que “al principio fueron años muy difíciles, fue una batalla diaria para conseguir publicidad. ‘Yo no hablo español, para que me anuncio en un medio que yo no entiendo’, tuve que educar a los comerciantes anglosajones de la importancia de anunciarse en un medio que llega a una comunidad latina en crecimiento”. 

“Cada semana tenía que ingeniármelas para sacarles un anuncio hasta que el americano entendió por la respuesta de nuestra gente que comenzó a visitar sus negocios”.

El periódico lo llevó meses después a incursionar en la radio con un programa de una hora, de 2:00 a 3:00 de la tarde, en la 1600 WUNR, que con el transcurrir del tiempo fue creciendo hasta copar muchas horas de programación. En los años 80, Vasallo Jr. recuerda que tuvo una oferta de una radio americana interesada en orientar su programación al mercado hispano. Por esos años comenzó Radiolandia en la 1330AM, las 24 horas del día. “También hice mi incursión en la televisión en el Canal 38, compré una hora y presentaba un programa todos los sábados. Esa fue la clave del éxito porque vendía paquetes de publicidad”, apunta.

Sus inicios en Boston

“Cuando llegué a Boston abracé la libertad, salía de Cuba huyendo de la tiranía Castrista, del comunismo que ha desgraciado a nuestro pueblo, me dediqué a vender joyas de oro casa por casa en Boston, Lawrence, Lynn, entre otras ciudades de Massachusetts, y en mi recorrido diario me di cuenta que no había ninguna comunicación, nadie sabía lo que pasaba en Lynn o en Lawrence”. 

“Por ese entonces mi inglés era muy precario, salí de Cuba hablando un poquito de inglés, pero no era suficiente”, rememora. 

Pero la fiebre de querer avanzar lo llevó a estudiar para incursionar en los medios de comunicación de la mano de Flor Vasallo con quien contrajo matrimonio y procreó dos hijos, Alberto Vasallo III y María Vasallo. 

“Cuando comenzamos en el año 72, el periódico tenía una influencia cubana muy grande, recién había venido de Cuba y había sufrido del comunismo, pero después me fui abriendo a los puertorriqueños y dominicanos con corresponsales en esos países. Después con la inmigración centroamericana y sudamericana, El Mundo se convirtió en un periódico más comunitario”.

Las naciones unidas

Desde los años 80 o antes, El Mundo Boston se convirtió en una fuente de trabajo para periodistas y editores de diferentes países de América Latina, entre ellos argentinos, uruguayos, colombianos, peruanos, puertorriqueños, dominicanos, nicaragüenses, guatemaltecos. “Éramos y lo seguimos siendo las Naciones Unidas, todo el que estaba calificado y quería trabajar se le daba la oportunidad”, dice.

“Jay Cosmopoulos, nuestro gerente de publicidad, tiene más de 30 años con El Mundo y nuestro editor Máximo Torres, uno de los más destacados periodistas peruanos, está con nosotros por más de 25 años, pero hay una lista de más de 20 periodistas que ya no están con nosotros”, subraya Vasallo.

¿Si tuvieras que reinventarte qué cambiarías?

No creo que cambiaría nada, hubiera hecho lo mismo, no me arrepiento de nada, pero me hubiera gustado tener dos hijos más como Alberto III de quien estoy satisfecho porque ha logrado llevar el negocio a otro nivel, porque a medida que pasan los años el periodismo se va digitalizando. A mi hijo le encanta lo que hace y desde niño lo supe entrenar en los negocios.

¿Qué es lo que más valoras?

La inversión que hice en la educación de mis hijos, eso es lo que más valoro de mi vida. Estoy dejando un legado a mis hijos y nietos y hoy en día vivo de mis sueños, de haber venido y de haber contribuido al crecimiento de esta comunidad y de este país. Todo fue sudado, nunca recibí ayuda del gobierno, y quiero decirle a mi comunidad que, si se puede, sobre todo a los que andan por mal camino les puedo decir que están equivocados, se puede trabajar honestamente y llegar hasta donde uno puede en este país de las oportunidades.

¿Cómo te sientes ahora en el retiro?

Extrañando el periódico que a lo largo de los años ha hecho muchas obras de caridad y ha ayudado a muchas personas de la comunidad, pero lo que quiero decir a los cuatro vientos es que me siento orgulloso de mis hijos, de Alberto III que está al frente del periódico y de María que trabaja en Cambridge College y es presidenta de Inquilinos Boricuas en Acción (IBA), una de las organizaciones de gran prestigio y de muchos años en la comunidad.

¿Qué recuerdos te llevaste del periódico?

Modestia aparte, cuando vendimos el edificio en Jamaica Plain, me puse a sacar todos mis recuerdos y reuní más de 115 diplomas y reconocimientos y sentí una gran satisfacción, además de haber recibido el Doctor Honoris Causa y de asistir a la ceremonia de señalización de la Avenida Alberto Vasallo Jr. por parte de la ciudad de Boston.

Flor Vasallo se confiesa: “El Mundo aún es mi vida”

Misión cumplida. En su casa en Revere con un cartel que dice “es mejor estar encerrada que enterrada” por el coronavirus, Flor Vasallo ya en el retiro habla de lo que significó para ella crear el primer periódico en español en Massachusetts. “El Mundo Boston aún es mi vida y recuerdo como si fuera ayer la impresión del primer número del periódico, fue memorable, histórico”.

“Nuestra comunidad es testigo de los avances que ha logrado El Mundo Boston en 48 años, ahora es un periódico a todo color, de más páginas y con una diagramación diferente, pero lo que yo más rescato de nuestra pasión por el periódico es que nuestros hijos se fueron enamorando de lo que hacían sus padres. Mi hijo Alberto III está ahora al frente del periódico y su hija Alexandra ya está también siguiéndole los pasos, lo que ya es la tercera generación y me siento orgullosa por todo lo que están haciendo en medio de esta pandemia del COVID-19”.

Flor Vasallo vino de Ecuador en el año 1966 para estudiar y regresar a su país, pero terminó quedándose, al año siguiente se casó con Alberto Vasallo Jr. para años después embarcarse en una aventura periodística. 

“Alberto y yo iniciamos el periódico con muchas dificultades, teníamos que aprender y hacer de todo, me costó lágrimas, angustias y mala noches, los niños estaban pequeños y los padres de Alberto los cuidaban. Los dos hacíamos el periódico y en Revere lo mandábamos a imprimir”.

“Poco a poco tuvimos que aprender y contratar gente, al principio con dificultades económicas para pagar una nómina de 3 a 4 personas. Era un periódico hispano en medio de una comunidad anglosajona, pero poco a poco fuimos creciendo y la publicidad del mercado anglosajón fue llegando”.

“Este país es de las oportunidades y la supimos aprovechar y quiero a este país tanto como a mi patria porque me dio mis hijos y mi familia”, dice.

Flor Vasallo recuerda que su mayor preocupación era que sus dos hijos, Alberto III y María, fueran bilingües y profesionales y, según dice, “lo logramos”. Alberto se graduó del Boston College y María del Emerson College.

Desde sus inicios, Flor no solo llevaba la contabilidad del periódico sino escribía y hacía de todo. Alberto Jr. se la pasaba todo el tiempo vendiendo publicidad.

“Nuestra empresa fue creciendo y nos hicimos conocer localmente, contratamos periodistas y vendedores de publicidad. Eran otros tiempos”, rememora Flor. 

“Pero lo más importante es que en 48 años nunca dejamos de salir, con lluvia, nieve, truenos, siempre estuvimos en los hogares de nuestra comunidad, incluso cuando por las inclemencias del tiempo nuestras oficinas sufrieron dos inundaciones que destruyeron todos nuestros archivos. Fue un capítulo triste, pero nunca dejamos de salir”.