Estudiante peruana incursiona con éxito en el reciclaje

Estudiante peruana incursiona
con éxito en el reciclaje

  • Banco Mundial acaba de publicar uno de sus proyectos como Fundadora & CEO de la Asociación Juvenil «Reciclar es ayudar».

Milagros Zavala, estudiante peruana de UPC University of Arizona Program at Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas y Fundadora & CEO de la Asociación Juvenil «Reciclar es Ayudar» ha incursionado con éxito en el campo del reciclaje y la educación ambiental en su país de origen al punto que el Banco  Mundial acaba de publicar uno de sus proyectos junto a otros dos  líderes juveniles. En el 2022, Zavala recibió el Premio América Solidaria y es embajadora de ANIQUEM.

Bajo el título «Niños escolares por la educación ambiental en Perú», la joven estudiante universitaria preside desde la escuela la asociación de estudiantes y  jóvenes por el reciclaje y la educación ambiental que comenzó con el diseño de un módulo de reciclaje donde se podían recolectar tapas de botellas de papel y plástico para donarlas a ANIQUEM cada tres meses hasta llegar a constituirse en una organización juvenil de carácter nacional que ayuda a los niños afectados  por las quemaduras.

“Desde pequeña, me apasionan las maravillas del mundo natural, desde las criaturas más pequeñas hasta los imponentes árboles y glaciares. Esta pasión sustenta mi compromiso de preservar nuestro planeta, comenzando con acciones aparentemente pequeñas que pueden unirse para marcar una gran diferencia para nuestras comunidades y más allá», dice.

Su pasión por ayudar

Milagros cuenta que en 2021, cuando tenía 14 años, “me embarqué en un proyecto profundamente personal para involucrar a mi comunidad escolar. A la edad de cuatro años, mi primo sufrió quemaduras que cubrían el 70% de su cuerpo, lo que requirió un régimen de tratamiento complejo (que incluía terapia de reintegración psicológica y social, fisioterapia y medicamentos costosos) que puso a mi familia bajo presión financiera».

«Afortunadamente, recibieron el apoyo de ANIQUEM , la única organización autosostenible sin fines de lucro en Perú que brinda rehabilitación integral y gratuita a sobrevivientes de quemaduras. Desde entonces, me sentí obligada a retribuir en agradecimiento con mi idea de proyecto para ayudar a ANIQUEM a través del reciclaje».

Su trabajo consistió en diseñar un módulo de reciclaje donde se podían recolectar tapas de botellas de papel y plástico para donarlas a ANIQUEM cada tres meses. El reciclaje daría a estos materiales un nuevo valor y las ganancias de su venta se transformarían en fondos para cubrir los tratamientos de numerosos jóvenes supervivientes de quemaduras.

Sus éxitos de reciclar

Estudiante peruana incursiona
con éxito en el reciclaje

Milagros cuenta que eligió este método para apoyar a la organización debido a su doble impacto: ayudar a los niños de ANIQUEM y al mismo tiempo crear conciencia sobre hábitos ecológicos en toda la comunidad escolar.

“La construcción del módulo en sí requirió donaciones de una empresa privada, e inicialmente tuve dificultades para obtener la aprobación de la administración de la escuela para solicitar esta financiación. Aún así, aunque me encontré con escepticismo desde el principio, perseveré, asumí la responsabilidad de la gestión de residuos y convoqué a padres y estudiantes para que participaran. De hecho, en última instancia, los padres y los maestros desempeñaron un papel decisivo en la construcción de la idea, lo que subraya la necesidad de trabajo en equipo entre generaciones».

«Ha sido inmensamente gratificante ser testigo del éxito y la expansión del proyecto en los años transcurridos desde su lanzamiento. Ahora contamos con el apoyo de la comunidad vecina y de cientos de familias de toda Lima que se han sumado a nosotros en la recolección de sus residuos para reciclarlos. Nuestra primera entrega trimestral ascendió a 1,5 toneladas de residuos, ahorrando 14.000 galones de agua y evitando la tala de 34 árboles, y desde entonces hemos seguido mejorando esta cifra. Dado este impacto, junto con el de fomentar una cultura de responsabilidad ambiental en mi comunidad, yo llamaría a la iniciativa un éxito rotundo, y este éxito tiene el potencial de replicarse en muchas otras escuelas de todo el mundo», concluye Milagros Zavala.