Milagros Marte creó la fundación hace seis años para ayudar a las mujeres con cáncer de seno, pero la pandemia del COVID-19 la llevó a extender su labor humanitaria a personas con necesidades, centrando su apoyo en las familias inmigrantes indocumentadas.
Toda ayuda cuenta. Milagros Marte, una reconocida activista y comunicadora dominicana que entrega su vida por la comunidad, no descansa. Sus horas de sueño se han visto recortadas cada día por la pandemia del coronavirus y por la necesidad que “hay entre nuestra gente, especialmente de la que no tiene un estatus legal y por lo tanto no recibe ningún estímulo económico del gobierno y mucho menos un dinero por desempleo. Son gente que está aún a la deriva, sin trabajo y que tienen que salir a buscar comida sin importar el riesgo de infectarse”, según dice.
“A esta gente hemos llegado en Dorchester, Mattapan, Jamaica Plain, Mission Hill, Allston/Brighton, Roslindale, entre otros barrios de Boston, donde vive una gran comunidad Latina, los que han donado a la Fundación Solidaridad de Milagros Marte Inc., ha llegado a la gente”, anota la reconocida activista a quien muchos conocen por su gran corazón y su vocación de servicio.
“Nunca le hemos escatimado ayuda a nadie y no le pedimos documento alguno ni les tomamos fotos por respeto a su dignidad”.
Cuando creó la fundación
Milagros creó la fundación cuando fue diagnosticada con cáncer y sintió que la vida se le iba, pero “gracias a Dios logré salir del trance más difícil y me propuse ayudar a las mujeres con cáncer de mi país que enfrentan muchas necesidades económicas”.
A través de la Fundación prestamos bastones, muletas, sillas de ruedas, inodoros portátiles y andadores a las personas que lo necesitan sin cobrarles ningún centavo. “Nuestra idea es ayudar y una vez que la persona no lo necesita lo devuelve para que otras personas lo usen luego de higienizarlas”, explica Milagros.
También Brinda una labor de ayuda a las mujeres con cáncer que la llaman en Boston cuando quieren abandonar el tratamiento y no tienen familias. “Las llevo a las clínicas, a las radiaciones, oramos con ellas, les doy un soporte emocional y las conecto con instituciones que la pueden ayudar, además de dar conferencias sobre la importancia del examen anual de los senos. A nivel de los Estados Unidos, los números han bajado, pero en la comunidad Latina sigue siendo alto”.
Por la pandemia ayuda a más gente
“Estoy bajo riesgo, pero me cuido, tomo todas las precauciones, extremo la higiene, pero mi vida ha sido ayudar y hay mucha necesidad en nuestra comunidad. Lo veo a diario cuando salgo con un grupo de voluntarias a dar comida a las familias, especialmente indocumentadas, y a pagarles la renta”, señala Milagros con la emoción que la caracteriza.
“Todo lo que nos dan se lo damos a las personas que necesitan de ayuda urgente y nos movemos por todo Boston identificando a las familias que viven con mucha carencia porque están sin trabajo y no reciben ningún estímulo económico del gobierno federal”.
Milagros Marte se siente muy reconocida e identificada con el alcalde Marty Walsh y con el gobernador Charlie Baker “por todo el buen trabajo que están haciendo en pro de la salud. Cada día son menos los casos de coronavirus y de muertes en Boston y en todo Massachusetts y lo que tenemos que hacer como comunidad es seguir apoyando a nuestras autoridades usando la mascarilla y respetando el distanciamiento social, además de lavarnos la mano con frecuencia”.
“Soy un punto de referencia”
Por su trabajo de años con la comunidad, Milagros Marte se ha convertido en un punto de referencia. “Aún no sabemos cuando va a pasar esto, pero vamos a seguir ayudando a las familias indocumentadas que no tienen derecho a nada, a desempleo ni a cupones de alimentos, buscamos ayudar principalmente a mamás solteras, a niños y a envejecientes”.
En lo que va de su campaña han entregado cientos de cajas de comida con habichuelas GOYA, arroz, aceite, plátanos, guineos, zanahorias, papas, entre otros productos alimenticios, y con bolsas de higiene como jabón, pasta dental, desodorante y desinfectantes”.
También han llevado comida caliente a centros de envejecientes como en la 155 Lamartine Street, en Jamaica Plain. “Son viejitos que están cansados de estar encerrados, les damos víveres, al igual que a los desamparados de la Mass Avenue”.
La Fundación Solidaridad trabaja en coordinación con South Boston que es su sponsor fiscal.
Con el inicio del año escolar se proponen donar cajas con snap para los niños y van a regular mesitas que se abren y cierran para que los pequeños lo utilicen como escritorio. “Muchos estudian en la cama, no se concentran y se duermen”, dice.
