Gracias a Dios del Papa argentino al Papa peruano

Gracias a Dios del Papa argentino al Papa peruano

Por Max Torres

Por las tierras del norte del Perú que le canta al mundo “En Trujillo nació Dios, San Pedro nació en Ascope y la Virgen María en Chocope”, el padre Roberto ahora Papa León XIV que nació en Chicago, pero es más peruano que la mazamorra morada, recorrió tantas veces esta tierra bendita que enmarcó su vida eclesiástica, su vida de la mano de los más necesitados a los que llevaba la palabra de Dios. El sucesor de Francisco tiene sus raíces eclesiásticas en el Perú, país al que llegó en una misión agustiniana en 1985, tan sólo tres años después de ordenarse sacerdote. Su primer destino fue Chulucanas, la tierra de los limones en la región Piura. En 1988 regresó para dirigir el seminario agustiniano en Trujillo por largos 10 años. Con una y mil vivencias del Perú, de esta tierra norteña bendita donde aprendió a comer el seco de cabrito, el ceviche que es el plato insigne del Perú en el mundo, en el 2014 volvió como administrador apostólico de la Diócesis de Chiclayo para luego el 2018 ser nombrado por el fallecido Papa Francisco Obispo recibiendo la nacionalidad peruana.

El ahora Papa León XIV vivió los mejores años de su carrera eclesiástica en el norte del Perú, en Trujillo la tierra de los campeones de la marinera y donde la Reina de la canción criolla Jesús Vásquez, canta esa canción del compositor Alcides Carreño “En Trujillo nació Dios” que tantas veces escuchó y cantó el entonces misionero Robert Presvot. Como obispo de Chiclayo estuvo hasta no hace mucho, el 2023, para luego viajar a Roma para asumir el cargo de prefecto del Dicasterio para los Obispos.

Su nombramiento como sucesor del Papa argentino me tocó el corazón como peruano porque sentí como muchos de mis paisanos la gloria de Dios al escuchar y ver al primer Papa estadounidense-peruano hablar en español, antes que el inglés, en su primera aparición en la Plaza de San Pedro. Viví ese momento con orgullo y recogimiento espiritual por todo lo que significa para el mundo en estos tiempos en que el racismo y la discriminación aún nos golpean.

Bajo el signo de la fe y con un mensaje claro de continuidad y esperanza, el Papa León XIV inició su ministerio número 267 de la historia de la Iglesia. Su vida eclesiástica siempre se caracterizó por su cercanía con la gente llevando no sólo la palabra de Dios sino buscando el bienestar de todos sus feligreses. Son muchos los testimonios de su vida como misionero en Perú en tiempos en que la violencia terrorista del movimiento trotskista-maoísta de Sendero Luminoso sacudía el alma de los pueblos con destrucción y muerte.

Por las redes sociales se han compartido muchas imágenes de su vida como religioso en Piura, Trujillo y Chiclayo mostrando siempre su humildad y su conexión con la gente, lo que lo va a caracterizar ahora como líder de la Iglesia Católica. Su cariño por su “querida diócesis de Chiclayo” lo lleva en el alma.

Desde su nombramiento como Papa León XIV he recibido muchas fotos de los años que vivió en Trujillo, la tierra de mi entrañable madre que está en el cielo, y compartido muchas vivencias. Magalie Torres-Rowe, chiclayana de pura cepa, me hizo llegar por WhatsApp una carta del 2018 en la que el padre Francisco Anzoátegui hacía referencias sobre su persona a Monseñor Robert Prevost, entonces Obispo de Chiclayo, como egresada de la Escuela de Formación de Servidores de la Renovación Carismática de Boston.

Magalie me compartía sus emociones por lo que el Papa peruano de los pobres va a significar para los nuevos tiempos de la Iglesia Católica y del mundo que necesita tanta paz. El pueblo peruano lo espera con los brazos abiertos porque su vida en el norte del Perú no se limitó a las cuatro paredes de una parroquia sino siempre estuvo a la mano de los que necesitaban apoyo y orientación espiritual.

¡Sigamos cuidándonos! Sin salud mental, no hay salud.

Maximo Torres Editor de El Mundo BostonMaximo Torres
Editor, El Mundo Boston
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