Hasta siempre Betsaida

La muerte de Betsaida Gutiérrez, una mujer con una gran pasión por el activismo comunitario y que dedicó parte de su vida a defender causas sociales, nos tocó el alma.

Por Max Torres

La muerte de Betsaida Gutiérrez, una mujer con una gran pasión por el activismo comunitario y que dedicó parte de su vida a defender causas sociales, nos tocó el alma. Aún recuerdo el día que la conocí en una de las manifestaciones que promovía City Life/Vida Urbana para defender a familias que luchaban por permanecer en sus hogares en Boston y evitar el desplazamiento. Era una mujer de baja estatura, con alguna condición, pero con un  corazón a prueba de balas y una gran vocación de servicio. Con su voz chillona y estridente, era la que más sobresalía entre el grupo de manifestantes de todas las razas y culturas. Betsaida comenzaba en esa organización una nueva etapa de su vida como organizadora comunitaria.

Muchas veces la veía en Jamaica Plain, uno de los distritos de Boston que por ese entonces tenía una población más caribeña, puertorriqueños, dominicanos, cubanos, hablando con los vecinos, haciéndoles conocer sus derechos y responsabilidades y pidiéndoles participar en las reuniones o movilizaciones que promovía por vivienda económica en la Gran Metrópoli.

«El Oriental de Cuba», uno de los restaurantes ya desaparecido que llegó a ser el bastión de muchos activistas  latinos, era su lugar preferido para reunirse. Por ese entonces, las oficinas de esta casa editora estaban a pocos metros del restaurante de nuestro buen amigo Nobel García, también ya fallecido. «Esto es lo mío», me decía Betsaida que nació en la Isla del Encanto, Puerto Rico, y que gustaba comer comida caribeña. «Soy una boricua orgullosa», me lo repetía muchas veces, pero «soy amante de todas las razas y culturas».

La muerte de Betsaida Gutiérrez, una mujer con una gran pasión por el activismo comunitario y que dedicó parte de su vida a defender causas sociales, nos tocó el alma.

Betsaida dedicó su vida a defender a las familias de escasos recursos que buscaban un lugar donde vivir en Boston. Se sentía feliz de trabajar en City Life/Vida Urbana, pero quería seguir creciendo para luego incorporarse como organizadora comunitaria en la Corporación de Desarrollo Vecinal de Jamaica Plain (JPNDC) para defender la preservación y el desarrollo de opciones para viviendas asequibles. Eran los tiempos del desplazamiento de familias latinas que no podían pagar el alquiler de un apartamento que subía día a día.

Siempre tenía apretada su agenda diaria para servir a los demás y alguna vez me dijo parafraseando un poema del gran Pablo Neruda, ¡Vive hoy! ¡Arriesga hoy! ¡Hazlo hoy!

Betsaida vivía con esa pasión de servicio y de lucha por las personas que necesitaban de su apoyo. En todas las organizaciones en las que trabajó casi hasta el final de sus días fueron de servicio, de ayuda a la comunidad inmigrante, incluyendo su paso por una organización en Jamaica Plain para apoyar a personas mayores con limitaciones del idioma inglés para acompañarlos en sus citas médicas.

Siempre la recordaré como una de las activistas puertorriqueñas de corazón que le cambió la vida a muchas personas, que las ayudó a salir adelante en tiempo difíciles. Hasta siempre querida amiga Betsaida.

¡Sigamos cuidándonos! El COVID-19 todavía nos está golpeando.

Maximo Torres Editor de El Mundo BostonMaximo Torres
Editor, El Mundo Boston
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