Inicio del año escolar con aulas vacías

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14 magalietorresrowe1Por Magalie Torres-Rowe. Maestra de Universidad, Middle & High Schools

La seguridad de los estudiantes y maestros es primero en medio de esta pandemia del coronavirus.

La pandemia ha mostrado a todo el mundo de que somos más vulnerables de lo que pensábamos y ha dado un golpe certero al ‘ego’ de muchos políticos, autoridades, profesionales y trabajadores que tenían todo bajo control con agendas y horarios semanales, mensuales y anuales todos acostumbrados. No, ahora todo plan puede caerse ante el aumento del número de infectados del COVID-19. La educación virtual es para asegurar a estudiantes, maestros y personal administrativo de las escuelas a no contagiarse y propagar el coronavirus en las escuelas, familias y comunidad en general.

El ‘desarrollo cognitivo’ estará asegurado en las escuelas porque los profesores estaremos dictando clases y asegurarnos de que nuestros estudiantes aprendan el contenido del curso, hagan sus tareas y apoyarlos en el tema que aún no han entendido.

Pero lo que estará ausente es el ambiente donde se realiza el ‘Desarrollo Socio-Emocional’ de los estudiantes: el salón de clase, la cafetería, el gym de la escuela; donde los estudiantes refuerzan los lazos de amistad y de la “Inteligencia Inter-Personal’, una de las ocho inteligencias que descubrió el Dr. Howard Gardner; científico de la Universidad de Harvard.

La labor del docente, no solo es enriquecer el desarrollo cognitivo del niño y del adolescente, es decir, vaciar un cumulo de conocimientos en sus cerebros; NO! La labor del Maestro es también fortalecer el desarrollo emocional de los alumnos y esta parte será afectada en la pandemia, por la educación virtual. No es lo mismo mirar el partido de futbol en la pantalla de un TV o computadora, que estar en el estadio, gritando a todo pulmón y contagiándose de esa emoción del momento.

Por ejemplo, la semana pasada estaba en la tienda de comestibles, cuando escucho una voz que me decía: “MissRowe, Miss Rowe”, era un niño que fue mi alumno el año pasado, que venía corriendo a darme un abrazo. Pero su mamá le recordó con una voz firme; “hijo, no puedes acercarte mucho, tienes que guardar tu distancia y el niño como por arte de magia se quedó ‘congelado’ y con sus manitas me enviaba un beso y un abrazo. Yo solo atiné a ‘abrazarme’, como recibiendo ese abrazo y beso ‘volado’ y le dije; ‘este abrazo es el tuyo hijo y te mando otro yo’. Me voltee para que no viera que mis lagrimas caían incontrolablemente por mi rostro, como ahora mismo que estoy escribiendo este articulo porque mi alumno y yo NO podíamos fundirnos en un abrazo por SEGURIDAD de ambos. Estos son los lazos de afecto que desarrollo con mis alumnos, que ahora estarán ausentes porque habrá una pantalla que nos separa.

Sin embargo, no hay otra alternativa para iniciar el año escolar, que hacerlo en forma virtual. Aunque es sumamente cruel comunicarse por medio de una pantalla con los estudiantes, esta es la ‘nueva realidad’, como me lo recuerda mi hijo menor, cada vez que le digo; “aún no asimilo mirar a todo el mundo con máscaras en las tiendas y por la calle, me parece que aún estoy mirando una película de ciencia ficción”.