
Con jonrones de Munetaka Murakami y Kazuma Okamoto, y salvamento de Shohei Ohtani ponchando a Mike Trout para el último out, el invicto Japón derrotó a Estados Unidos y conquistó su tercer campeonato en el quinto Clásico Mundial de Béisbol en la historia. Los japones ampliaron su ventaja en títulos dentro del torneo y a la vez se convirtieron en el segundo país que logra alzarse con el campeonato de forma invicta.