Estados Unidos es una patria de todos, con o sin papeles.
Por Maximo Torres
Editor, El Mundo Boston
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Aún, una semana después de la histórica asunción al poder del presidente Joe Biden y de su discurso de unidad, la voz de Lady Gaga que interpretó el himno de los Estados Unidos, o de Jennifer López que puso el sello latino cantando“America the Beautiful” o de la joven afroamericana Garth Brooks que recitó un hermoso poema y que quiere ser la primera presidenta de color, nos sigue golpeando el corazón. “Gaga nos emocionó hasta las lágrimas en casa”, me decía Víctor Ramírez, un peruano-norteamericano casado con una inmigrante de Laos y que tiene casi 40 años de vida entre Nueva York, Massachusetts y Rhode Island. Biden llevó, como nunca antes, diversidad a una toma de mando abriendo ese sentimiento de amor por una patria que es la de todos, con o sin papeles.
Con mis hijos y nietos norteamericanos seguimos, al pie del televisor, todas las incidencias de la toma de posesión del presidente Biden que, sin duda alguna, fue diferente, con un enorme dispositivo de seguridad, pero cargado de emociones y con un discurso que puso fin a una de las transiciones políticas más dramáticas por el asalto al Capitolio por una turba de seguidores del ex presidente Trump.
«Este es el día de Estados Unidos. Es el día de la democracia. Un día para la historia y la esperanza».
«Hemos aprendido que la democracia es valiosa. La democracia es frágil y en este momento, amigos, la democracia ha prevalecido».
Ese sentimiento de verdad por la democracia, me hizo pensar en mi país, Perú, y en muchos países de América Latina y el mundo, en los que se pisotea este bien ganado sistema político que defiende la soberanía del pueblo. Biden transmitió ese sentimiento y le dio tranquilidad al mundo que estaba a la expectativa de lo que pudiera pasar durante la ceremonia de cambio de mando y sin un Trump que se fue por la puerta falsa de la Casa Blanca. Con un Washington DC. fortificado, todo transcurrió en paz, con la más absoluta normalidad, viéndose a Biden en todo momento sonriente, feliz y con la mente abierta de que no es fácil lo que le espera. La triple crisis que va a tener que enfrentar como la sanitaria por el COVID-19, económica y social va a ser titánica.
Ahora comienza una nueva era para América, lo veo en las calles, las voces de esperanza de un mañana mejor se multiplican, la tan ansiada reforma migratoria es posible que tarde un poco en llegar, pero ya Biden ha dado los primeros pasos de protección a los “Dreamers” o “soñadores” y a los tepesianos, dejando también en suspenso las deportaciones.
Los cuatro años de terror de Trump ya pasaron y el llamado ahora del nuevo presidente es de unidad y de acabar con esta “guerra incivil” que enfrenta a “rojos y azules”. «¿Cuáles son los objetivos comunes de todos los estadounidenses? Oportunidades, seguridad, libertad, dignidad, respeto, honor, y sí, la verdad», dijo un Biden emocionado.
El primer discurso de Biden como presidente de la nación más poderosa del mundo nos ha llenado de mucha esperanza, en los dos gobiernos demócratas del presidente Obama no se aprobó la reforma migratoria. Ahora la luz al final del túnel parece haber llegado para beneficio de más de 11 millones de inmigrantes indocumentados que trabajan también de sol a sol para hacer mucho más grande esta nación que es de todos, con o sin papeles.
¡Sigamos cuidándonos!