Con un sobresaliente desempeño durante las dos semanas de competencia, Madison Keys (14ª WTA) se ganó un merecido lugar en la historia del Australian Open. La nacida en Rock Island, Illinois, se redimió de la dolorosa derrota del US Open en 2017 (fue derrotada por su compatriota Sloane Stephens por 6-3 y 6-0), su primera final de Grand Slam, y gritó por fin campeona. Esta vez, en territorio oceánico, la estadounidense logró doblegar a Aryna Sabalenka, nada menos que la número uno del mundo, y se unió a leyendas de su misma bandera como Lindsay Davenport, Jennifer Capriati, Serena Williams y Sofia Kenin.
