Por Max Torres
La celebración del Día Internacional de la mujer ha tenido este año particular relevancia. Chelsea y Lawrence, dos ciudades con una gran población inmigrante que viven momentos de tensión por las anunciadas «deportaciones masivas» del presidente Trump, salieron a poner el pecho. «El liderazgo y la fuerza de las mujeres son el corazón de nuestra comunidad», decía Gladys Vega, presidenta y CEO de la Colaborativa, que llenó sus amplias instalaciones para resaltar «a las mujeres que luchan, inspiran y trabajan por un futuro más justo para nuestra» comunidad latina. «No somos criminales», apuntaba Magalis Troncoso, otra de las más reconocidas activistas, directora del Centro de Desarrollo Dominicano, que hace 19 años lanzó desde la Casa del Estado en Boston la Conferencia Anual de la Red Internacional de Mujeres en Solidaridad.
La Conferencia que se celebrará el 28 de marzo próximo va a tener un impacto diferente por las nuevas políticas migratorias del presidente Trump que «ha sembrado el miedo en la comunidad inmigrante». Las mujeres juegan un papel fundamental en el cambio social y hoy muchas de ellas se ven atrapadas por el terror de la deportación.
«El poder de la narrativa de las mujeres inmigrantes va a estar dirigido en la Conferencia a reclamar una reforma migratoria amplia», me repetía Magalis Troncoso. La alcaldesa Michelle Wu en su reciente intervención en el Congreso en Washington DC por las llamadas Ciudades Santuario reclamó también a los legisladores republicanos la aprobación de una reforma migratoria para no seguir separando familias. Porque la deportación es el arma para destruir familias. Son muchos los testimonios de mujeres que se han visto afectadas por la expulsión de sus seres queridos.
Vianey Godoy, una inmigrante de Guatemala, en un reciente encuentro virtual de organizaciones proinmigrantes compartió entre lágrimas sus vivencias. «Mi hermano fue deportado a mi país y sus tres hijos están aquí llorando la separación». Esta es una cruda realidad que nos toca el corazón en este mes de la mujer que tendrá como corolario la Conferencia Internacional de Mujeres en la Casa del Estado, pero a lo largo del mes de marzo las celebraciones han sido de las más diversas en diferentes ciudades de Massachusetts, reconociéndose las contribuciones vitales de las mujeres en la historia y la sociedad contemporánea.
Ahora la preocupación por las anunciadas deportaciones masivas «nos toca a todos, a unos más que a otros, y es momento de elevar nuestras voces» en la 19ª Conferencia Internacional de Mujeres. El tema central es «Construyendo el poder de la narrativa: mujeres inmigrantes». La conferencia tiene como objetivo amplificar las voces de las mujeres inmigrantes y resaltar sus diversas experiencias, desafíos y logros y reclamar una reforma migratoria justa.
En muchas de las celebraciones por el Día Internacional de la Mujer se tocaron temas que, según Jenny Rodríguez, activista salvadoreña en Worcester, siembran aún más miedo como el Registro Obligatorio de Indocumentados. Con esta nueva medida del presidente Trump «nuestra comunidad se vuelve más frágil, con más miedo porque quieren obligar a las personas sin papeles a que se registren para hacerles más fácil el trabajo de deportación de millones de inmigrantes».
«Este es un nuevo método de represión y persecución que puede facilitar una deportación masiva. Cuidado, nadie se registre», alertaba Lucy Pineda, directora de Latinos Unidos de Massachusetts, quien forma parte de la legión de mujeres que sacan la cara por la comunidad inmigrante. Felicidades mujeres, nos vemos en la Casa del Estado.
¡Sigamos cuidándonos! Sin salud mental, no hay salud.
Maximo Torres
Editor, El Mundo Boston
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