¿Qué está pasando con nuestros jóvenes?

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En las afueras del supermercado oran por las víctimas.

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Maximo Torres
Editor, El Mundo Boston
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Apoco menos de cuatro horas de Massachusetts, en Buffalo, Nueva York, ha ocurrido un acto de violencia racial protagonizado por un joven de 18 años que ha espantado al mundo y muchos nos estamos preguntando con estupor ¿qué responsabilidad tenemos como padres? ¿Qué está pasando? ¿Por qué nuestros hijos están fuera de control?

Los recientes actos de violencia en Boston protagonizados por menores de edad pueden ser ahora un juego de niños, porque lo que pasó en el supermercado de Buffalo puede rayar con lo normal, con la paranoia o con la salud mental de la que tanto se habla por estos tiempos producto de la pandemia del COVID-19.

El autor de uno de los peores actos de extremismo violento por motivos raciales es un joven de apenas 18 años de edad, identificado como Payton Gendron, quien mató a tiros a 10 personas en su deliberado ataque al supermercado frecuentado comúnmente por personas de color. Otras tres resultaron heridas.

¿Qué estamos haciendo cómo padres? O qué no estamos haciendo. ¿Qué responsabilidad tenemos cómo padres de familia? Hoy lloramos, condenamos éste nuevo acto de violencia racial que nos debe tocar a todos, pero ¿qué debemos hacer cómo sociedad, cómo padres de familia? Porque no basta reconocer y condenar el racismo, sino y lo digo en voz alta ¡ya es hora de actuar contra la intolerancia racial que nos toca a todos! Como padres nos toca asumir compromisos para hablar con nuestros hijos, para generar diálogos muchos más profundos para erradicar el racismo y el odio en nuestras comunidades.

“Cada uno de nosotros puede contribuir marchando, enseñando tolerancia y exigiendo que los funcionarios electos tomen medidas. Debemos trabajar individual y colectivamente para poner fin a la violencia racial”, según dicen los Abogados por los Derechos Civiles en un comunicado que me hicieron llegar por email y en el que expresan estar desconsolados por las víctimas, 11 de las cuales eran negras.

¡Qué horror! pero la indignación, el desconsuelo debe estar presente contra cualquier acto de violencia, ya sea la protagonizada por niños en el centro de Boston que atacaron sin piedad a personas inofensivas que estaban saliendo de una tienda o la del joven pistolero en Buffalo que causó la muerte de personas por el color de su piel. Este tipo de violencia de supremacía blanca es altamente condenable y nos debe llevar a pensar qué estamos haciendo mal. Porque este es un hecho salvaje que sin lugar a dudas nos ha tocado el corazón y nos hace pensar, una y otra vez, que la vida de un ser humano importa sin mirar el color de su piel. 

Según las primeras investigaciones, el joven de 18 años lo tenía planeado todo, había visitado el supermercado para tener detalles del lugar al que nombró en un documento de cientos de páginas como “área de ataque 1”, lo que hace suponer a las autoridades que tenía planeado más tiroteos masivos. 

Todos estos ataques de violencia en los que están involucrados niños y jóvenes nos deben llevar a una profunda reflexión sobre el papel que estamos jugando los padres en la vida de nuestros hijos. Que el alcalde de Buffalo, Byron Brown, declare que el joven de 18 años tenía la intención de “acabar con la mayor cantidad de vidas negras posible” debe ser el botón de alarma para de una vez por todas poner fin a la violencia desmedida de niños y jóvenes más aún si se trata de adolescentes que se describen como fascistas o supremacistas blancos. 

A nosotros como miembros de la sociedad, como padres de familia, nos toca meter las manos al fuego y a la justicia ser inflexible contra los que violen la ley, incluso si se trata de niños de 14 años a los que no se puede tocar. La responsabilidad también está en los legisladores.

¡Sigamos cuidándonos! La vacuna salva vidas.