
Aún hay muchas personas que desafían al coronavirus y tratan de minimizar su importancia, sin embargo, son muchos los que siguen muriendo, y otros los que siguen sufriendo tras batallar con el COVID-19.
Uno de tantos casos es el del lanzador venezolano Eduardo Rodríguez, quien luego de infectarse comenzó a tener problemas cardíacos que lo obligaron no solo a perderse el juego inaugural de los Red Sox, sino a estar fuera por el resto de la temporada.
El jugador de 27 años se perfilaba como el lanzador número uno de la rotación de Boston, y a pesar de ser un atleta élite, y de estar en excelentes condiciones físicas, ahora deberá quedarse en casa para poder recuperarse de las secuelas del virus.
«Fue uno de los mejores lanzadores el año pasado, y ahora no puede jugar. Esto significa que los jóvenes no están exentos al virus», dijo el dirigente del conjunto Ron Roenicke.
Rodríguez fue diagnosticado con miocarditis, una inflamación del corazón que el equipo cree que es el resultado del reciente combate del zurdo con el coronavirus. Dio positivo por COVID-19 antes del comienzo del campamento de verano. Aunque fue dado de alta y regresó a sus entrenamientos el 18 de julio, fue inactivado una semana después luego que una resonancia magnética reveló su dolencia.
Si el virus le cambió la vida a un saludable y joven atleta como Rodríguez, también lo está haciendo con millones de personas alrededor del mundo.