Por Max Torres
En estos últimos días he recibido y compartido mensajes de solidaridad con Ecuador, nuestro país hermano que ha vivido la peor asonada criminal terrorista con el asalto a un canal de televisión en plena transmisión en vivo que no tenia precedentes en el país del altiplano. Encapuchados con armas largas y cortas y explosivos irrumpieron la transmisión como si estuvieran haciendo un rodaje de una serie de televisión. Pero todo era real. “Me pusieron un arma en la cabeza, pensé en mi vida, en mis dos hijos”, dijo a la Associated Press la jefa de redacción del noticiero del canal TC Televisión de Ecuador, Alina Manrique, quien relató el ataque del grupo de hombres encapuchados.
En la transmisión en directo que se mantuvo por unos 15 minutos, se veía a los encapuchados apuntar con sus armas a los trabajadores en medio de disparos, gritos y gemidos de dolor. Fueron momentos de terror y angustia. El canal de televisión cerró su programación y después de horas volvió a salir al aire.
El asalto al canal de televisión fue el corolario de una ola de criminalidad en el Ecuador que en los últimos días se reportaron al menos 30 actos violentos en nueve provincias del país, con motines carcelarios, secuestros de policías, explosivos y la fuga de la cárcel de dos de los más buscados narcotraficantes, según los últimos reportes de la prensa.
Ante esta ola de criminalidad, el presidente Daniel Noboa decretó “estado de excepción” como lo hizo el presidente de El Salvador, Nayib Bukele, para combatir a los criminales terroristas de las pandillas. Además Noboa emitió un decreto para declarar que el país se encuentra en “conflicto armado interno” movilizando a las fuerzas armadas a todo el territorio nacional para luchar contra “el crimen organizado trasnacional, organizaciones terroristas y actores no estatales beligerantes”.
Uno de los tantos mensajes que me han llegado de amigos y lectores de El Mundo Boston de diferentes partes del planeta por las redes sociales me decía “saludamos la firme decisión del gobierno del presidente Noboa que ha decretado un estado de excepción para combatir a las organizaciones criminales que buscan generar caos y muerte en su país”.
“Confiamos que la comunidad internacional se identificará con el pueblo ecuatoriano y con su gobierno, así como que respaldará las acciones que se tomen para que retorne la paz y tranquilidad al hermano país del norte”, según decía el mensaje de Fuerza Popular, el partido politico peruano que lidera Keiko Fujimori.
Ecuador necesita el apoyo de toda la comunidad internacional, el país vive su peor crisis por el crimen organizado que lo ha llevado a terrenos insospechados. Como decía un politólogo «ya no es la guerra entre bandas, sino una gran banda en guerra contra el estado». La toma en vivo de un canal de televisión es solo otra muestra de su poder. En agosto del 2023, el candidato presidencial del Ecuador, Fernando Villavicencio, fue asesinado por sus propuestas contra el crimen organizado. El país ya estaba avisado, los mensajes de «no se metan con las mafias» se multiplicaron en todo el país sudamericano.
Ahora el «régimen de excepción» funcionará en el Ecuador como ocurrió en El Salvador con el presidente Nayib Bukele que con las Fuerzas Armadas desarticuló a todas las bandas de criminales de terroristas pandilleros y extorsionadores. Esperemos a ver qué pasa en nuestro país hermano.
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Maximo Torres
Editor, El Mundo Boston
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