Se intensifica la campaña de vacunación
Por Maximo Torres
Editor, El Mundo Boston
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Cuando Boston registra los niveles más bajos de coronavirus y ya se vive una casi normalidad en todo el estado, sin los fastidiosos tapabocas, salvo en algunos casos como en el transporte público, las autoridades de salud han intensificado las campañas de vacunación contra el COVID-19 por distritos y ciudades mayormente pobladas por latinos o por personas de color que durante la pandemia han estado más expuestas al virus. Gladys Vega, directora de la Colaborativa, una de las organizaciones proinmigrantes ubicada en Chelsea, una de las ciudades con más del 70 por ciento de población inmigrante, está ahora “tocando puertas”, recorriendo toda su comunidad, para buscar entre las piedras ¿quién no se ha puesto la bendita vacuna? Le preocupa su comunidad porque pese a todas las facilidades, regalos y premios todavía hay gente que no quiere o se resiste a recibir una simple inyección. Desde comienzos de año, su local institucional se convirtió en un centro de vacunación, pero ahora Gladys Vega y su equipo de voluntarios han decidido salir a las calles “sabiendo que muchos inmigrantes indocumentados tienen miedo de vacunarse”, según dice.
A estas alturas del partido, cuando ya se ha reabierto la economía en Massachusetts, después de más de un año de restricciones, cuarentenas y tapabocas, parecería ilógico pensar que haya gente de nuestro patio, que no quiera ponerse la vacuna pese al riesgo elevado de muerte por el virus.
¿Cuántos insensatos o cabezas huecas hay en nuestras comunidades? En nuestros países de origen es difícil acceder a la vacuna contra al COVID, la gente se muere y aquí, en nuestros vecindarios, hay que buscarlos, rogarles, darles premios para animarlos a ponerse la vacuna. El esfuerzo de Gladys Vega y de su organización no es la única. Son varias las organizaciones comunitarias como LUMA y la Comunidad Inc. de Everett, el Centro de Desarrollo Dominicano de Jamaica Plain, ALPHA de Boston, líderes comunitarios e Iglesias cristianas de Lynn, entre otras, a las que hay que aplaudir por facilitar el proceso de vacunación en nuestras comunidades inmigrantes.
El doctor José Báez, a quien muchos conocen en Lawrence como el médico de las tres guerras y que desde el inicio de la pandemia ha salvado vidas en Nueva York, Nueva Jersey, Connecticut, Rhode Island y en el mismo Massachusetts, me decía “todavía hay gente que cree más en los chismes, en lo que indeseables postean en las redes sociales que en la ciencia médica que ha demostrado que el virus mata y que la vacuna salva vidas”.
Pero en Lawrence con más del 80 por ciento de población latina, en su mayoría dominicana, en Chelsea con más centroamericanos o East Boston con más sudamericanos, todavía hay insensatos que se resisten a ponerse la vacuna sabiendo que podrían perjudicar la salud de otras personas. El doctor Báez asegura que el riesgo de morir por el virus es más elevado en las comunidades latinas y negras.
Con la campaña “La vacuna salva vidas, ayúdenos a correr la voz”, El Mundo Boston estuvo el pasado fin de semana en East Boston en medio de “Un Dia de La Esperanza” que permitió a muchos residentes de ese distrito de Boston vacunarse contra el coronavirus y disfrutar de un día de música, comida y regalos. La campaña de vacunación se extendió a Roxbury y Mattapan gracias a East Boston Neighborhood Health Center, Boston Public Health Commission y CIC Health. Y va a seguir este domingo 18 en Everett con la organización Latinos Unidos de Massachusetts (LUMA), Cambridge Health Alliance (CHA) y Tufts Health Plan.
El reciente video de Gladys Vega que está circulando por las redes sociales sobre los conceptos erróneos sobre la vacuna debe llevar a la reflexión a quienes aún con todas las facilidades que ofrece este gran país no se han puesto la vacuna contra el COVID-19. En nuestros países, la gente se muere porque no hay vacunas y si las hay llega mañana, tarde o nunca. ¡Dejemos la insensatez!
¡Sigamos cuidándonos! La vacuna salva vidas