Vuelos COVID

La Organización Mundial de la Salud reportó no hace mucho un aumento de casos de coronavirus en todas partes.

Por Máximo Torres

El covid nos sigue golpeando. La Organización Mundial de la Salud reportó no hace mucho un aumento de casos de coronavirus en todas partes. En los ya finalizados Juegos Olímpicos de París, por lo menos 40 deportistas dieron positivo.

Aunque no se trata de una nueva ola de infección, el Covid-19 nos debe preocupar a todos, mucho más si el maldito covid te golpea por segunda vez que te hace volar y ya en las alturas te preguntas ¿cómo? y ¿dónde fue? En los aviones, en los aeropuertos. ¿Quién me pasó este maldito virus?

Lo cierto es que no hace mucho regresé del Perú más amargo que ayer, no por la política ni por la delincuencia rampante que hay en mi país sino por el desmadre de las líneas aéreas por sus repentinas cancelaciones, demoras y retrasos.

Me tocó vivir uno de esos desmadres, pero los abusos ocurren a diario y las quejas son múltiples, pero la gente ya no quiere perder tiempo haciendo una llamada. «No pasa nada», me decía uno de los viajeros aturdido por las casi 40 horas que nos tocó pasar entre aeropuerto y aeropuerto.

Estaba fastidiado, molesto como muchos de los viajeros que tuvimos que perder horas de vida en los aeropuertos, pero a quién culpar porque en mi caso personal compré mi boleto aéreo en Delta, viajé en Latan y de regreso en Miami me pusieron en vuelos de United Airlines. ¿Qué arroz con mango es esto? «Lo que pasa», me decía mi amigo ocasional: «Las compañías quieren tener vuelos full y lo que menos les importa son los viajeros, quieren hacer dinero».

Desgracia la de nosotros porque el viaje que hicimos de Lima a Boston con escalas en Miami y Newark fue de agarrarse los pantalones, nos tocó estar en Miami casi 9 horas antes de seguir viaje al aeropuerto de New Jersey y allí fue lo peor.

El viaje a Boston estaba pautado para el mediodía, pero el vuelo se canceló y la empleada de la aerolínea nos dijo que el próximo vuelo era a la 1:30 de la tarde, pero estaba full y el próximo salía a las 6:00 de la tarde. El vuelo no salió a la hora prevista, sino a las 8:45 de la noche. Mi amigo y yo perdimos literalmente dos días de trabajo, además de los gastos en los aeropuertos.

Según los nuevos lineamientos, el Departamento de Transporte (DOT, por su sigla en inglés) obligará a las compañías aéreas a cumplir normas claras y coherentes cuando cancelen, retrasen o modifiquen sus vuelos, al mismo tiempo exigirán que los reembolsos automáticos se efectúen en el plazo de unas semanas.

Los buzones de quejas están por reventar, pero las líneas aéreas dicen «no se oye padre». Lo cierto y claro es que hay que seguir quejándonos para que no hayan más abusos y para que los aeropuertos y vuelos no sean transmisores del COVID-19 porque a las líneas aéreas no les importa tener a los viajeros expuestos al maldito virus con aeropuertos atestados de gente.

Con mi amigo ocasional nos despedimos buscando el humor a toda una odisea de 48 horas entre aeropuertos, pero lo peor estaba por venir. Días después me sentí mal, mi hija me hizo la prueba y salí positivo.

Mi médico primario, el doctor José Báez, el médico de las tres guerras, me lo confirmó. Los vuelos y aeropuertos son puro covid por lo atestado que están. Hay que volver a usar las máscaras, ahora más que nunca que hay un repunte en todo el mundo.

¡Hay que seguir cuidándonos! Sin salud mental, no hay salud.

Maximo Torres Editor de El Mundo Boston

 

Maximo Torres
Editor, El Mundo Boston

[email protected]