Colombianos en East Boston se suman a las protestas contra el gobierno de Iván Duque

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Frente a la estación de Maverick en East Boston y en una de las más grandes manifestaciones de protesta de la comunidad colombiana, Sara Londoño, una joven inmigrante de Medellín con la cara aparentemente ensangrentada, se emociona y llora porque, según dice, “estamos cansados e indignados de tanto atropello” del gobierno del presidente Iván Duque. “Esto no es un maquillaje, esto representa a familiares, amigos, vecinos que han perdido la vida en las protestas en mi país”.

Sara Londoño estuvo entre los cientos de colombianos que salieron a manifestarse en Boston en una muestra de solidaridad con las jornadas de protesta contra el presidente Duque que han dejado por lo menos 19 muertos. La reforma tributaria anunciada por el gobierno y que ya ha sido retirada originó las protestas que siguen porque en el fondo hay un descontento generalizado.

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Sara Londoño.

“Nos quieren callar, pero lo cierto es que estamos cansados de los abusos. No solo somos los que estamos aquí en East Boston sino hay colombianos en todas partes que no quieren más sangre, no queremos que se sigan perdiendo vidas”, señala Sara en una entrevista con Natalia Aponte para El Mundo Boston Facebook Live.

Sigamos protestando

Emocionada, con el llanto contenido, la joven colombiana pidió sensibilizarse con la causa. “No nos callemos más, sigamos protestando”.

Otro de los jóvenes colombianos de Armenia que se identificó como Luis dice sentirse triste, indignado por “los abusos del gobierno, por tanta desigualdad y corrupción. Nos están enfrentando en Colombia con violencia, matando a jóvenes que han participado en las protestas, el gobierno no está respetando la vida ni el derecho a las protestas”.

La manifestación en East Boston se bien llamó la atención de la gente por ruidosa fue pacífica, no hubo incidentes y la policía no tuvo que intervenir a diferencia de Colombia donde las protestas han sido violentas desde que comenzaron el 28 de abril previo al paro nacional del 5 de mayo. Según la Defensoría del Pueblo, hay 19 muertos, pero la ONG Temblores lo eleva a 31, atribuidas en su mayoría a la violencia policial principalmente en Cali, la tercera ciudad del país.

Cambios estructurales

Los manifestantes piden que haya cambios estructurales en la Policía ante el aumento de la violencia, se resisten a una reforma a la salud, quieren que se cumpla el acuerdo de paz que se firmó en 2016 -especialmente en lo que respecta a la protección de líderes sociales y de excombatientes- y rechazan la desigualdad y el aumento de la pobreza.

Como si se tratara de una olla bajo presión por años, las desigualdades que los colombianos han soportado por décadas le han estallado al gobierno de Iván Duque. Bajo su Administración, aumentaron varias de las inconformidades y los manifestantes aseguran que no solo marchan para rechazar el plan de reforma fiscal que propuso el Ejecutivo y que ya retiró ante la presión social.

“No se trata de derrotar una sola ley”, dijo el psicólogo Benjamín Paba, de 53 años, durante una marcha en Bogotá. Él, por ejemplo, también protesta por una mejor educación y para exigir la continuidad del proceso de paz con los miembros de la antigua guerrilla de las FARC que dejaron las armas. Como él, los colombianos han salido a las calles por múltiples razones.

¡Noche de horror en Bogotá! ¡Quemando vivos a los policías! 

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Al menos 72 civiles y 19 policías fueron heridos en una asonada en Bogotá, en la que vándalos atacaron al menos 23 estaciones de policía, una de las cuales fue incendiada con diez agentes dentro.

“Miro con tristeza lo que han hecho, no hay derecho (…) sí tenemos derecho a la protesta, apoyamos la protesta totalmente pero dan ganas de llorar de ver lo que le hacen a estas personas”, dijo Gladys Villamizar, vecina del CAI del barrio La Candelaria, en el sur de Bogotá, que también fue destruido.

Villamizar agregó que en su zona se vivieron momentos difíciles porque una tienda de la cadena de supermercados Justo & Bueno fue saqueada por los vándalos.

La alcaldesa de Bogotá, Claudia López, calificó de noche “dolorosa” la vivida en la ciudad por la “brutal escalada violenta”, que sucedió en la nueva jornada de protestas contra el gobierno.

La Alcaldía también informó que 104 autobuses de transporte público de Bogotá fueron afectados por la acción de los vándalos y que tres de ellos fueron incinerados.