Ejemplos de vida en Maratón de Boston

Rachel and John Foster Maraton de Boston 2023

  • Rachel Foster estuvo en coma durante 10 días luego de un devastador accidente y cinco meses después tuvo el coraje de cruzar la línea de meta de la maratón de Boston.

En lo que los médicos describieron como un milagro, Rachel Foster volvió a la vida un día antes de que le quitaran el soporte vital después de una lesión cerebral traumática. Cinco meses después del devastador accidente, Rachel dio el más claro ejemplo de vida al participar en la maratón de Boston y cruzar la línea de meta con su compañero de carrera, Tim Altendorf, con quien levantó los brazos con una alegría indescriptible.

Rachel Foster ingresó a Boylston Street para el tramo final del maratón con el milagro que le dio la vida siendo conmovedor el triunfo compartido. Nadie se hubiera imaginado que solo cinco meses antes, Foster había estado en coma durante 10 días después de un accidente de scooter eléctrico.

Rachel, de 35 años, se sintió feliz con su participación en la maratón de Boston dejando el accidente que casi le cuesta la vida como un mal recuerdo. 

Su esposo John Foster, de 36 años, comparte su felicidad y los días trágicos que vivió su esposa luego de salir a pasear por su tranquilo vecindario en la ciudad de Oklahoma en scooters eléctricos.

Rachel Foster en el hospital hace unos meses

Rachel estaba solo a unos metros por delante de John cuando pareció perder el conocimiento. “Se cayó y se golpeó la cabeza contra el pavimento. Rachel fue trasladada de urgencia al Centro Médico de la Universidad de Oklahoma donde los médicos dijeron que se había roto 17 huesos y sufrido una lesión cerebral traumática.

“Eso fue algo aterrador porque podía morir sobre la mesa de operaciones”, recordó John. 

Después de la cirugía, Rachel permaneció en coma durante días en la unidad de cuidados intensivos. Su presión cerebral no disminuyó. Mientras su familia esperaba desesperadamente cualquier señal de mejoría, los médicos le dieron noticias demoledoras. Su lesión cerebral era tan catastrófica que incluso si se recuperaba, su vida nunca volvería a ser la misma, según los médicos.

Con el paso de los días y cuando ya no había esperanzas, Rachel abrió los ojos como un relámpago volviendo a la vida. El neurocirujano que la operó se quedó atónito. Los milagros existen.