Maximo Torres
Editor, El Mundo Boston
[email protected]
La exaltación de David «Big Papi» Ortiz al Salón de la Fama de Cooperstown nos deja muchas lecciones de vida, lecciones para lograr el éxito no solo como bateador designado que lo llevó a cambiar la historia del béisbol en los Estados Unidos en los años 2000 y encumbrar en la gloria a los Medias Rojas de Boston sino en lo personal por su carisma, por su trabajo al servicio de la comunidad y por el amor a su familia, a su patria que lo vio nacer y a los Estados Unidos que le permitió construir una carrera de 20 años en las Grandes Ligas.
«Nada es fácil, pero la disciplina, la perseverancia y el amor a lo que haces son la llave del éxito», decía Ortiz, el «Big Papi» que llevó como distintivo su festejo con los brazos extendidos cada vez que llegaba al plato como un tributo a su mamá, quien murió en un accidente automovilístico en el 2002.
«Fue lo más grande que he visto tanto dentro como fuera de los diamantes», me decía Nilson Junior Pepen, director y conductor del programa radial «Conversando de Deportes», quien promovió toda una campaña para salir desde Boston en una caravana a Cooperstown, en Nueva York, y celebrar en grande la exaltación de «Big Papi» en el patio de los inmortales.
«Fue fantástico, mi corazón quería explotar de alegría al ver al toletero ex-estrella de los Medias Rojas encumbrado en el Salón de la Fama», me anotaba Pepen.
El Mundo Boston transmitió las incidencias de este memorable acontecimiento con Alberto Vasallo III, presidente ejecutivo de esta casa editora y conductor del programa «La Hora del Café» que vuelve a las redes sociales en la primera semana de agosto tras una breve pausa.
La exaltación de «Big Papi» movió a toda una comunidad latina de Boston y de todas partes de los Estados Unidos, montándose en Cooperstown un gran espectáculo musical con grandes estrellas dominicanas como Fernandito Villalona. Grandes y chicos disfrutaron de un día de jolgorio, de alegría de ver a uno de los nuestros encumbrado en el Salón de la Fama.
La historia de «Big Papi» es grande como su apelativo, es intensa, es memorable. El Mundo Boston lo siguió desde sus inicios en los Medias Rojas hasta llegar a Cooperstown. Muchas veces nos abrió las puertas para compartir con nuestros lectores y seguidores por las redes sociales sus glorias, sus éxitos en el deporte.
David Ortiz siempre seguirá en el corazón de todos los bostonianos por todo lo que nos ha dado vistiendo la camiseta de los Red Sox, equipo al que llevó tres veces a ser campeón de Grandes Ligas, la primera vez en el 2004 después de 86 años de la llamada «Maldición del Bambino».
«Pa’ que mi gente entienda, todo esto viene del corazón», decía «Big Papi» a toda una multitud de seguidores que vivieron en Cooperstown momentos inolvidables.
«David querido, Boston está contigo» retumbó en el Salón de la Fama con un David Ortiz que es todo corazón. Ahora su vida se centra en su fundación David Ortiz Children’s Fund, fundada en 2007 para ayudar a niños necesitados en su país y en Boston.
Su amplia sonrisa seguirá contagiándonos de alegría. Gracias «Big Papi» por toda tu grandeza.
¡Sigamos cuidándonos! La vacuna salva vidas.
