Lawrence pandemia COVID-19: La odisea de una peruana para regresar a Boston

lawrenceleonorsanchezdrama1

«Pensé con dolor y miedo morir sin mis hijos y nietos a mi lado», dice Leonor Sánchez que cuenta el drama que tuvo que pasar en Perú por el coronavirus antes de regresar a los Estados Unidos pagando 2,000 dólares por un boleto de avión.

Feliz regreso a Boston.  “No se imaginan la angustia, el miedo y la congoja diaria de ver la destrucción devastadora de familias que causaba el coronavirus en poblaciones de mi país”, dice Leonor Sánchez, una peruana-norteamericana que vivió las de Caín para regresar a su casa en Methuen, cerca de Boston, después de un largo viaje con «toque de queda» en Perú.

Sánchez que tiene toda una historia de vida de más de 40 años en el Valle del Merrimack creando en Lawrence hace muchos años la Asociación de Peruanos Unidos (APU), cuenta que tuvo que pasar 61 días en su país antes de poder embarcarse para los Estados Unidos.

lawrenceleonorsanchezdrama2“Ver diariamente en las noticias los muertos, familias sin trabajo, madres y niños de hambre caminando para migrar a sus pueblos de origen y allí poder alimentarse de lo que el campo les da y ver los muertos de COVID-19 ser cremados sin que sus familiares pudieran verlos ni despedirse de ellos, pensé con dolor y miedo morir sin mis hijos y nietos a mi lado”, dice Leonor Sánchez en su página de Facebook.

Fueron días, semanas de angustia, de dolor en “mi querida patria que me vio nacer” bajo la orden de “quédate en casa sino quieres contagiarte”.

En el aeropuerto de Boston, Leonor Sánchez recibió la más calidad bienvenida de sus hijos y nietos que la esperaron con pancartas y globos luego de vivir en Perú con las medidas de emergencia, toque de queda y el cierre del terminal aéreo por el COVID-19

Esta valerosa activista peruana cuenta que tuvo que pagar 2,000 dólares para que la traigan de regreso a Boston luego de pasar dos horas en una cola esperando por el autobús que la llevaría a ella y a otros pasajeros a la base militar. En el autobús ni en el avión se observaron los protocolos del distanciamiento social ni se dieron alimentos a los pasajeros, según dice. Un viaje para no olvidar.