Pasó 30 años injustamente en prisión Lowell le pagará $ 13 millones

Victor Rosario

A los 65 años de edad, Víctor Rosario no sabe si celebrar o llorar, pasó más de 30 años en prisión luego de ser acusado de un incendio provocado por la policía de Lowell, hace 9 años salió en libertad después de que un juez del Tribunal Superior de Middlesex anuló su condena y ahora recibirá de la ciudad de Lowell $13 millones como parte de un acuerdo que deja a los policías responsables de arrestar y condenar a Rosario sin enfrentar ninguna consecuencia. 

“No hay ganadores, Víctor ha recibido algo de justicia, pero no ha sido una reparación completa”, dijo su abogado Mark Reyes. “Ningún número lo compensará nunca, pero la ciudad de Lowell terminó dando un paso al frente” al llegar a un acuerdo para reparar la injusticia que se cometió contra Rosario.

“Treinta y cinco años, más de la mitad de mi vida, los pasé detrás del muro de una prisión estatal de Massachusetts”, dijo Rosario.

Victor Rosario

En 1982, Rosario respondió a un incendio en Lowell que, según su abogado, Mark Reyes, se determinó que había sido un accidente. Sin embargo, varios días después, la policía de Lowell determinó que el incendio fue provocado.

Rosario, cuyo primer idioma es el español, dijo que la policía aprovechó la barrera del idioma para forzarlo a confesar, y fue condenado un año después a la edad de 24 años. Luego de 35 año de estar en prisión, la jueza Kathe M. Tuttman del Tribunal Superior de Middlesex dictaminó que la calidad cuestionable de la evidencia del incendio generó dudas sobre la legitimidad de su confesión, por lo que quedó en libertad.

Reyes dijo que su equipo de abogados estaba preparado para ir a juicio en un tribunal federal a fines de mayo cuando recibieron la noticia de que el Ayuntamiento de Lowell había aprobado un acuerdo de $13 millones para Rosario.

Victor Rosario

Locke Bowman, otro abogado que representó a Rosario, agregó que la decisión de la ciudad de aceptar el acuerdo “refleja un reconocimiento de que lo que sucedió no estuvo bien”.

 Con lágrimas en los ojos, Rosario instó a los funcionarios de la ciudad de todo el Estado Libre Asociado a “hacer todo lo posible para que lo que me sucedió a mí, en el futuro no le pase a otra persona”.