“Chelsea Fire Wicked” llora por su creador

John Brown Chelsea Fire

Muchos lo conocían en Chelsea y más allá por su salsa picante que bautizó con el nombre de “Chelsea Fire Wicked Hot Sauce”. La gente lo identificaba en la calle y lo llamaba “Chelsea Fire”. John Brown o simplemente John como gustaba que lo llamen, se las ingenió para crear este producto que llevó por todos lados, incluso a Taiwán en diciembre del 2016 con la concejal de Chelsea y ahora Representante estatal Judith García. “Fue un honor representar a Chelsea con mi producto”, decía orgulloso. Ahora John ya no está con nosotros, su repentina muerte ha impactado a toda una comunidad que llora de dolor por quien alcanzó la gloria con su salsa picante. 

“Muchos lo querían en Chelsea y en otras ciudades de Massachusetts”, dice Miguel Sánchez Galeana que está organizando una reunión pública de amigos para el próximo lunes 21 de agosto, a las 7:00 de la noche, en 170 Washington Avenue, en Chelsea. “Era como un hermano y tocó tantas vidas, cualquiera es bienvenido a saludar y compartir recuerdos de su vida”, anota Sánchez. Danny Luberto y Leo Robinson, dos pequeños empresarios latinos, estarán presentes, entre muchos otros.

John siempre estuvo al lado de la comunidad, a menudo se le veía en Plaza México o vendiendo su deliciosa salsa picante en diferentes festivales o eventos públicos. Su familia también está organizando un servicio de homenaje para este otoño.

John Brown o simplemente John amaba lo que hacía, comenzó en el jardín de su casa cultivando diversos productos. Cuenta que tomaba todos los pimientos picantes y hacía una salsa para sus amigos que se reunían para los juegos de “playoffs”. John lo regalaba, pero su familia y amigos lo animaron a envasarlo y venderlo.

Su salsa picante tuvo una gran aceptación en el mercado. Se vendía en Market Basket y en diferentes supermercados no solo de Chelsea sino de otras ciudades de Massachusetts. En una entrevista con El Mundo Boston en uno de los festivales que organizaba Olga Lattarulo, entonces Oficial de Probatoria de la Corte de Chelsea, John contó que le puso el nombre de “Chelsea Fire Wicked” por los grandes incendios que casi devastaron la ciudad y terminaron unificando a la comunidad.

John Brown era un hombre de un gran corazón, parte de los ingresos por la venta de su producto lo destinaba a la Fundación Nacional de Bomberos, de la cual era socio afiliado. Los fondos se utilizaban para becas y para otros fines de ayuda social.

“No importa cuánto dinero ganes, nunca te sentirás satisfecho, pero el éxito debe ser compartido para marcar una diferencia en la comunidad”, según decía John. 

Adiós “Chelsea Fire”.