Si la Supercopa francesa va a ser un reflejo de la temporada del PSG, abran paso que vienen curvas. El remodelado PSG de Galtier asombró ante el Nantes en una final (4-0) que controló de principio a fin y cuya mejor noticia, más allá de la conquista del primer título de la temporada, es la implicación de sus estrellas.
Faltó Mbappé a la fiesta, pero otra de esas buenas noticias que sacó Galtier es que nadie lo echó de menos. Ahí estuvieron Neymar, Messi y Ramos, muy criticados por su rendimiento la temporada pasada para arrancar las primeras sonrisas a los aficionados del PSG.
Hasta Donnarumma respondió cuando el Nantes, más atrevido antes de que empezaran a caer los goles, le exigiera en un par de ocasiones por medio del nigeriano Simon.